«Este libro me revolvió la vida, el alma»
Nativel Preciado presenta hoy en el Palacio del Conde Luna (19.00 horas) ‘Palabras para Olivia’, con Boñar como gran telón de fondo y escenario de una vida
«Tantas vueltas al mundo, para volver a Boñar». Lo dice Nativel Preciado, pero no como una decepción. Todo lo contrario. Con orgullo. Es un acto de emoción, como lo fue escribir Palabras para Olivia («Olivia no soy yo, pero lo parece», dice), editado por Espasa, un libro que lleva unas elogiosas palabras de Manuel Vicent, igual que lo hizo Rosa Montero, y que la periodista y escritora agradece tanto como el momento sublime que reconoce que se dio cuando Julio Llamazares, uno de sus favoritísimos, presentó su novela. «Dijo unas cosas que me dieron ganas de llorar. O de decir: ya está, más es imposible». Pero ahí sigue Nativel Preciado, la de la prensa, la de la tele, la opinadora sensata y serena que más que una intrusa en el mundo de la literatura es incluso autora de una obra prolífica.
Si Camino de hierro, aquel libro dedicado a su abuelo, fusilado en San Marcos, era León como telón de fondo, en Palabras para Olivia hay Boñar por los cuatro costados. «Los dos tienen ese asunto familiar. Estaba escribiendo otra novela. Mi hermano enfermó y fui a cuidarlo. Estuve con él y lo que más le gustaba, cuando estaba tan dolorido y triste, eran dos cosas: los nicanores y hablar de Boñar. De todo lo que descubrimos en aquellos años de la infancia en los que pasábamos tres meses de verano y otras vacaciones. Hablar de la huerta, de la bici, de cómo se llamaba el perro que teníamos, de la música que oíamos... Este libro me revolvió la vida, el alma. Es el homenaje a mi hermano», relata Nativel Preciado, y se repite ese tono que resulta un lujo de conversación en estos tiempos de tanto ruido. Por cierto, hasta tal punto que el tema Ábalos no cae ni entre las preguntas ni entre las respuestas.
Porque sin duda el perfil de Nativel Preciado es el de alguien pegada a la actualidad. No reniega para nada ni del periodismo ni del oficio, lo que también resulta un alivio. Así, en esta calma con una misma, lo que resalta es su amor y buen recuerdo del Boñar y León que conoció en aquellos años de iniciación a la vida. Los recuerdos de aquel perro, que se llamaba Roy. O las canciones que provenían del folk, de la música americana, de los sonidos de California, pero también Los Beatles o Camarón.
Todo lleva además a una conclusión: no hay nostalgia de lo que ya no existe sino recuerdos que conectan con el presente. Porque Boñar y su montaña ahí siguen poderosas y el gusto musical de la madrileña resulta de gran gourmet. «El libro tiene una banda sonora muy potente. Son las canciones de mi juventud. Pueden empezar por Yesterday y acabar con Sobreviviré», dice.
El resto lo pone una trama de primera calidad literaria: «Una historia turbulenta y perturbadora escrita con un lenguaje medido e inteligente, como es la autora, Nativel Preciado», lo dice Manuel Vicent. Y luego ese Boñar en la memoria que Preciado rescata desde la imaginación y la practica del volver por estas tierras: «Los paisajes son eternos. Cada uno tiene su infancia como un recuerdo imborrable. Se vive con total intensidad aprender a leer, a andar en bici, enamorarte de niña. Vuelven los recuerdos».
De Remellán a hoy en el Palacio del Conde Luna
Ha pasado algún año desde aquellas tortillas en Remellán con sus primos a hoy, a las 19.00 horas, cuando Nativel Preciado presente en el Palacio del Conde Luna su última novela, ‘Palabras para Olivia’, toda una descarga emocional pero también una trama al borde de la pasión con una galería de personajes que sorprenden tanto en presente como hacen saltar por los aires recuerdos del pasado. Preciado estará acompañada por Elena Aguado, concejala de Cultura, y Avelino Fierro y David Rubio. ¿Qué puede llevar a una autora de éxito a contratar a un novelista fracasado para que le escriba su última obra? La respuesta no saldrá del encuentro de hoy pero sí de la lectura de una novela en donde la autora demuestra su destreza en el oficio al que ha dedicado toda su vida: escribir y contar. Una novela que es un auténtico juego de muñecas rusas donde al final no todo es lo que parece.