El día en el que Dani Martínez descubrió a qué quería dedicarse tras la bronca de un profesor
El leonés salta a Cuatro a partir del lunes para presentar la nueva temporada de 'Martínez y hermanos', con invitados como Blanca Suárez o Joaquín Reyes
Hace dos años empezó una aventura en Movistar Plus+ con 'Martínez y hermanos', un formato en el que tres famosos, a priori muy distintos entre sí, acuden al plató para compartir confidencias entre risas, participar en divertidos juegos y contar todo aquello que nunca antes habían desvelado. El cómico Dani Martínez (Astorga, León, 41 años) salta ahora a Cuatro con el mismo programa tras su buena acogida en la plataforma de pago.
En la primera entrega de la nueva temporada, que se estrena este lunes a las 22:50 horas, el leonés recibe a Blanca Suárez, Joaquín Reyes y Lorena Castell.
—¿En qué ha cambiado desde aquel 'Tonterías las justas' que también inició en Cuatro?
—Cuando empecé en la radio, en 2002, solo quería imitar y no usar mi voz. En la tele quería imitar voces caracterizándome y llega 'Tonterías las justas', el primer programa en el que empiezo a hablar como soy yo e imitar. Empecé imitando y ahora ya presento, llevando una especie de tertulia de amigos en 'Martínez y hermanos'. Me he dado cuenta de la evolución que he hecho y lo que me he ido soltando en la tele. Flo me ayudó en eso. El día que me vi sentado delante de Antonio Banderas fui consciente de lo que había cambiado mi carrera.
—Ha actuado, presentado, imitado. ¿En qué papel se siente más cómodo?
—Me gusta la palabra cómico porque engloba todas esas cosas. Cuando tenía 18 años, mi referente era Jim Carrey y también Flo. Le veía en 'El informal' y decía: 'qué bestia'. Siento que hemos tenido carreras parecidas. Hasta me sustituyó en 'Got talent'. Es una persona muy humilde y genera buen ambiente en los equipos. Le gusta escuchar.
—¿Se nace queriendo imitar voces?
—En mi caso, desde niño. Me cambió la voz y perdí el registro de mujeres, que era lo que más hacía. De pequeño me gustaba imitar a Ana Torroja, a Carmen Sevilla, a Lola Flores. Pero en la pubertad me cambió la voz. En todas las fiestas de mi colegio me animaba y, lo típico, también imitaba a profesores. Recuerdo que me echaban mucho de clase y me di cuenta de que podía vivir de la imitación cuando un profesor, bastante serio, llamó a mis padres para decirles que me despistaba mucho, me echaba la bronca pero que era gracioso.
—¿Hay algún personaje que se le resista?
—Muchísimos. Todos los que no imito es porque se me han resistido. Es verdad que ahora me he olvidado del mundo de las imitaciones; antes era más metódico y me empapaba más. Mis mejores imitaciones son personajes no conocidos. Aquí en Mediaset se me da muy bien imitar a los jefes (risas).
—¿Cuál disfruta más?
—Son muchas, pero a mí la época de 'Crónicas marcianas' me marcó mucho. Me quedaba con mi madre viéndolo. A la imitación de Boris Izaguirre le tengo mucho cariño y la he perfeccionado. Disfruto mucho haciéndolo. Puedo estar seis horas hablando como Boris.
Doble reto
—¿Cómo se va a volver a enfrentar a la presión de la audiencia?
—Es la única cosita que está ahí. Lo bueno es que no hemos notado la presión de la cadena ni nos hemos obsesionado. Queremos hacer un programa que quede guay y que mantenga su espíritu, pero tenemos que hacer el dato y eso lo sabemos todos. ¿Cómo me voy a enfrentar? Si no hacemos buen dato, pues pasará lo que suele pasar, pero al final creo que hemos hecho un producto que está muy bien. Dure lo que dure, ya ha sido un disfrute total llegar con el programa hasta donde ha llegado.
—¿Es un quebradero de cabeza juntar a invitados tan distintos entre sí?
—Muchísimo. Hacemos un programa en el que no queremos ir a lo fácil. Cuando llegan los nombres, están muy filtrados. Intentamos que el sofá sea variopinto. Luego surgen unas charlas entre ellos curiosas. Juntar a tres invitados a la semana no es fácil, porque tenemos que compatibilizar agendas.
—Ahora que el programa se emite en Cuatro, ¿qué comunicador de Mediaset le gustaría que se sentase en su plató?
—Tengo un objetivo que seguro que acabamos sentándolo con nosotros. A mí me flipa. Nadie sabe cosas de él y este programa sería el ideal. Es Carlos Franganillo. Le hemos visto en las noticias con un semblante serio pero me apetece ver cómo se suelta la corbata. Que se hiciera un Gloria Serra en el programa (risas).