El lado madrileño de Antonio Pereira
Natalia Álvarez y Ángeles Encinar organizan un encuentro sobre el autor
La Comunidad de Madrid junto a la Fundación Antonio Pereira, que financia el acto, organizan para mañana jueves el acto Revisitando la obra de Antonio Pereira. Encuentro, que se celebrará en la Biblioteca Regional Joaquín Leguina a las 18.30 horas.
La cita, con entrada libre hasta completar aforo, tiene como fin homenajear al genial autor de Villafranca del Bierzo, que tuvo una relación además muy especial tanto profesional como de residencia con Madrid, en donde eran también habituales sus paseos por Argüelles y su calle Hilarión Eslava.
Así, con Natalia Álvarez Méndez, de la Universidad de León, y Ángeles Encinar, de la Saint Louis University de Madrid, a la cabeza, se rendirá homenaje y se conmemorarán los 100 años del nacimiento de Antonio Pereira (1923-2009). Por tanto, aunque ya en 2024, será una continuación de la incesante labor llevada a cabo por la fundación que lleva su nombre y que cuenta con Joaquín Otero Pereira, sobrino del escritor, al frente.
Antonio Pereira es uno de los grandes autores de la literatura española contemporánea. Admiración y elogio son las reacciones más frecuentes que suscita su obra entre la crítica especializada, escritores y lectores. En su universo creador, destaca la ficción breve, pero también se encuentran la poesía y la novela. Siempre fiel a su poética personal, el conjunto de su producción muestra coherencia y unidad.
«En este encuentro queremos destacar su cuentística y la proyección de su narrativa en autores nacidos a partir de la década de los sesenta que han reconocido su maestría», señalan las organizadoras del acto, Álvarez Méndez y Encinar.
Participarán en el mismo los escritores Pilar Adón, Pablo Andrés Escapa, Oscar Esquivias y Ricardo Menéndez Salmón.
Desde la propia fundación se cuenta de hecho sobre su llegada a Madrid que «literariamente pródigos resultaron los años venideros. Buena muestra de ello es 1965, año en que sin abandonar León establece un apeadero en Madrid e intensifica sus relaciones y actividades literarias en esta capital, al tiempo que realiza frecuentes estancias en Francia y viajes ocasionales a Portugal, Marruecos e Italia. Pero retomando el aspecto literario, hay que señalar que precisamente en 1965 se reafirma en su labor como articulista en periódicos y revistas».