El bodegón más aclamado de Zurbarán visita El Museo del Prado desde California
Bodegón con cidras, naranjas y rosa , de Zurbarán, una de las piezas culmen del género del bodegón, llegó ayer al Museo del Prado gracias a un préstamo temporal. Es la pieza que todo coleccionista tiene en su ‘museo imaginario’, ha asegurado Javier Portus, experto en pintura española.
La pieza, que forma parte de la colección de la Norton Simon Foundation en Pasadena (California ), vuelve a España 71 años después de la última vez que pisó el territorio nacional gracias a un préstamo patrocinado por la Fundación Amigos del Museo del Prado.
A cambio, El Prado prestará al museo estadounidense el retrato La reina Catalina de Austria, de Velázquez.
Bodegón con cidras, naranjas y rosa (1633) se podrá ver hasta el 30 de junio en la sala 10 A del museo. Esta es la única naturaleza muerta firmada y fechada de Zurbarán, se descubrió en 1920 y está considerada una obra capital del género del bodegón en Europa.
En ella se pueden ver una mesa con un plato de metal con varias cidras, una cesta con naranjas, con sus hojas y sus flores de azabara, y otro platillo metálico con una taza de agua y una rosa.
Este último es uno de los elementos «más queridos» por el pintor español y se puede ver en muchas de sus obras, ha explicado Javier Portus, que es Jefe de Conservación de Pintura Española hasta 1800 del Prado,
«Todos estos elementos en el Siglo de Oro estaban interpretados en clave religiosa», ha añadido, por lo que durante mucho tiempo se pensó que su simbología era de este tipo.
Portus cree que esta interpretación no se ajusta a la realidad, principalmente porque se hizo en una época en la que no se tenía constancia de la historia de tradición de bodegones española. Sí cree que se trata de «una obra sublime» que de algún modo «apela a lo inefable».
Zurbarán hace en el cuadro un uso maestro de la escala: pinta los elementos de mayor tamaño que al natural, y lo hace con una extraordinaria precisión. «La luz rescata todos los elementos de las tinieblas», ha explicado.
Todas estas características hacen dan lugar a una obra «a la vez silenciosa, delicada y solemne». El cuadro formó parte durante años de la colección del conde Alessandro Contini Bonacossi y posteriormente fue comprado en 1972 por Norton Simon (por 2,7 millones de dólares) como regalo a su mujer, la actriz Jennifer Jones. La última vez que pisó España fue en 1943 con motivo de una exposición.
El Prado ha ubicado la obra junto a otras bodegones insignes de Zurbarán, como el Agnus Dei —en el que se puede ver un cordero con las piernas atadas— y Bodegón con cacharros . También San Francisco de Paula , que fue comprado por el museo el año pasado y se muestra por primera vez al público.