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La restauración que enmudeció al mundo

Los testigos. La Catedral de León se sometió hace 165 años a una restauración ‘a vida o muerte’. La intervención fue tan arriesgada y peligrosa que llamó la atención del mundo. Algunos pioneros de la fotografía inmortalizaron el templo gótico apuntalado. Durante 42 años el edificio corrió el riesgo de derrumbarse.

Imagen de la Catedral de León durante la magna, donde se aprecian los  andamios. J. LAURENT

León

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Las imágenes son aterradoras. Una colosal torre de andamios suplantó la fachada principal de la Catedral de León, completamente vaciada. Debido a los problemas estructurales del edificio, agravados por la cúpula colocada en el siglo XVII por Juan de Naveda, arquitecto de Felipe IV, se decidió desmontar el templo gótico piedra a piedra para evitar que se desplomara. En 1857 habían comenzado una ‘lluvia’ de cascotes. El descomunal peso de la cúpula barroca hacía temer el hundimiento del templo. Un año después la reina Isabel II vio ‘in situ’ el estado ruinoso de la Catedral y, meses después, concedió 150.000 reales para las obras de reparación del edificio gótico La pericia del arquitecto Juan de Madrazo, que ideó un complejísimo sistema de andamiaje, evitó el colapso de la Pulchra.

Para la época, la restauración que comenzó en 1859 y concluyó en 1901 fue ‘ciencia-ficción’. Nadie había llegado tan lejos en la rehabilitación de una catedral gótica. Muchos temieron que sucumbiría. La prensa de medio mundo siguió ‘en directo’ una intervención tan arriesgada como peligrosa. La magna intervención fue obra de seis arquitectos a lo largo de 42 años: Matías Laviña, el efímero Andrés Hernández Callejo, Juan de Madrazo, Demetrio de los Ríos, Juan Bautista Lázaro y Juan Crisóstomo Torbado.

Gracias a los pioneros de la fotografía se puede contemplar cómo fue la reconstrucción. Hasta el Museo del Prado guarda una excepcional serie fotográfica, procedente de la colección de la familia Madrazo, adquirida en 2006. «Las fotografías nos permiten apreciar el desarrollo arquitectónico de las obras, así como la utilización de los mecanismos empleados en su ejecución, al ser el único documento gráfico que permite conocer cómo fueron los andamiajes proyectados por Juan de Madrazo», explica el museo.

El maestro alemán

El arquitecto alemán Max Junghändel, en un extenso viaje por España, llegó a León en el año 1888 con su cámara fotográfica. Fruto de su visión arquitectónica es una colección de portentosas imágenes, publicadas ese año en un libro que se ha convertido en una obra de referencia, editada posteriormente en castellano bajo el título La Arquitectura de España estudiada en sus principales monumentos , a la que se añadió un texto del célebre pintor y escritor Pedro de Madrazo.

El francés J. Laurent retrató también el León de finales del siglo XIX. Llegó a España en 1844 con más ideas que dinero. Había aprendido los rudimentos de la fotografía y en 1856, Laurent, inventor de un procedimiento para colorear retratos y paisajes, abría un estudio de fotografía en la Carrera de San Jerónimo. Recorrió el país de norte a sur para inmortalizar monumentos y editó varios catálogos que agrupó en la Guía de turismo en España y Portugal. Itinerario artístico, monumental y pintoresco. Gracias a esta visionaria iniciativa, Laurent acumuló un fondo iconográfico de más de 12.000 imágenes, adquiridas por el Ministerio de Cultura en 1979 y digitalizadas en 2021. Laurent retrató un León ‘en madreñas’, con una muralla desvencijada, una Catedral con la fachada semitapada por grandes bloques de piedra, coincidiendo con la magna restauración, y una colegiata de San Isidoro y una Calle Ancha casi irreconocibles.

Germán Gracia, el patriarca de una célebre saga de fotógrafos, o Winocio Testera, que abrió un estudio de fotografía en 1898 en la calle Ancha, también retrataron la Catedral en su momento más crítico.

Unamuno escribió que la Catedral de León «se abarca de una sola mirada y se la comprende al punto. Es de una suprema sencillez y, por lo tanto, de una suprema elegancia. Podría decirse que en ella se ha resuelto el problema arquitectónico, a la vez de ingeniería y de arte, de cubrir el mayor espacio con la menor cantidad de piedra» ( León monumental , 1920). George Henry Borrow, el vendedor de Biblias, la ve como «un duplicado de la de Palencia, pero sin los espléndidos cuadros que la adornan». Especialistas en Historia del Arte como Mayer o Gómez Moreno la consideran «la iglesia gótica más bella de España».

La primera fotografía de la Catedral de León, que se publicó en 1854, es obra del fotógrafo inglés Charles Clifford. El Victoria and Albert Museum de Londres conserva todos los negativos. Las imágenes de Clifford tienen mucho interés, no sólo por pertenecer a una época en la que la fotografía daba sus primeros pasos, sino porque son un documento de trabajo inapreciable para descubrir elementos de la Catedral que fueron cambiados en la restauración.

Una aristócrata en los andamios

La duquesa de Abrantès, Lady Tenison, la condesa de Robersart y la inglesa Frances Elliot dejaron escritas sus impresiones de aquel León del siglo XIX. Son intrépidas exploradoras que se adentran por peligrosos caminos y utilizan medios de transporte dispares, desde mulas a bicicletas, la diligencia, el tren o a pie. Sus comentarios, ilustraciones e, incluso, fotografías, fueron reunidos en el libro Viajeras extranjeras en Castilla la Vieja y León. Siglo XIX. En 1863, la dama de la alta nobleza belga Juliette de Robersart viaja a León. Confiesa sentirse defraudada con la Catedral, «antaño majestuosa y ahora desvalijada de todas sus riquezas». Le decepcionó la Catedral porque estaba cubierta de andamios, pero subió por ellos y le fascinaron las vistas. La condesa de Robersart proclama que en León, en la Fonda Suiza, es donde mejor comió de toda España.

Casimiro Alonso Ibáñez, conocido por ser uno de los pioneros de la fotografía en León, como miembro de la Comisión Provincial de Monumentos, pudo comprar tesoros de San Isidoro y otras iglesias, hoy en museos o en paradero desconocido. Tuvo una de las primeras galerías fotográficas de la ciudad, ubicada en los números 3 y 4 de la Calle Nueva —hoy Mariano Domínguez Berrueta— e inmortalizó la restauración de la Catedral.

El fotógrafo y viajero francés Marie Hubert Vaffier retrató la Catedral en 1891. Sus imágenes las preserva la Biblioteca Nacional de Francia. Los suizos Hauser y Menet comenzaron en 1892 la edición de tarjetas postales ilustradas. En la Catedral fotografiaron el presbiterio desde el coro, el claustro, el trascoro, el sepulcro del rey Ordoño II, la portada principal y Puerta Obispo. El fotógrafo toledano Casiano Alguacil, especializado en postales, también puso en su objetivo la restauración de la Catedral de León.

En mayo de 1901 León contuvo el aliento. Llega el momento de probar la solidez de los arreglos. Se retiran todos los andamios. A continuación se produce un ensordecedor crujido. Arbotantes, columnas y muros parecen soportar el peso de la nueva cúpula, mucho más liviana que la barroca. La restauración ha sido «milagrosa», en palabras de Demetrio de los Ríos

Imagen de la restauración de la Catedral de León.  JUNGHÄNDEL

La Catedral de León durante la magna restauración iniciada en 1859. JUNGHÄNDE

Los andamios vistos desde el claustro.JUNGHÄNDEL

El encimbrado sobre el trascoro. JUNGHÄNDEL

Las obras de la Catedral con Puerta Obispo aún en pie. JUNGHÄNDEL

Interior de la Catedral en obras.  JUNGHÄNDEL