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INSTITUTO CERVANTES

De la pipa de Buero Vallejo al bombín de Sabina: el Cervantes muestra sus legados

El Instituto Cervantes descubre en una exposición uno de sus secretos mejor guardados, los legados que atesora su cámara acorazada entregado por artistas desde 2007: del bombín de Sabina, a las cartas de los hermanos Machado o las zapatillas de ballet de Alicia Alonso.

Joaquín Sabina bromea con su bombín durante el acto en el Instituto Cervantes en el que el cantante depositó un legado en la Caja de las Letras, en una imagen de archivo. EFE/Juan Carlos Hidalgo

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Agencias

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El Instituto Cervantes descubre en una exposición uno de sus secretos mejor guardados, los legados que atesora su cámara acorazada entregado por artistas desde 2007: del bombín de Sabina, a las cartas de los hermanos Machado o las zapatillas de ballet de Alicia Alonso.

"La verdadera riqueza de una comunidad es su cultura y la mejor manera de comprometernos con el futuro es comprometernos con el pasado", ha dicho hoy el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, que ha inaugurado la muestra que da el pistoletazo de salida a las celebraciones 'Semana Cervantina' con motivo del Día del Libro.

"La mayor riqueza. Legados escogidos de la Caja de las Letras" podrá visitarse en Madrid hasta el 16 de junio en la sede del Instituto Cervantes, sede del antiguo Banco Español del Río de la Plata. Su antigua cámara acorazada atesora estos objetos distribuidos en más de 1.800 cajas fuertes.

Rebautizada como 'La Caja de las Letras', este espacio atesora legados que han ido realizando desde 2007 músicos, actores, escritores, bailarines, artistas y personajes culturales de todo tipo.

Entre los objetos que ahora se puede ver se encuentra una cajita con arena de la tierra de la casa natal de Gabriel García Márquez, el ejemplar de la Constitución que la Princesa Leonor leyó en su primer acto público, el vestido de cola negro que Angela Molina llevó en "Las Cosas del Querer" o los pasaportes con los que Rafael Alberti y su mujer regresaron tras casi cuarenta años de exilio.

Muchos de ellos aguardan todavía a ser desvelados porque sus propietarios decidieron que se dieran a conocer en un año de terminado. La exposición incluye estos misteriosos objetos todavía precintados.

Es el caso del escrito que legó Juan Marsé y que todavía no ha sido descubierto -el escritor bromeaba con que dentro se encontraba el "secreto de la escalivada"- o una caja de terciopelo roja que atesora el legado de Nuria Espert que se conocerá por expreso deseo suyo en 2035, cuando cumpla 100 años y que es de carácter "espiritual".

El Instituto Cervantes quiere ofrecer una imagen de la cultura "como un bien común, muy amplio", que hermana lo que se denomina 'alta cultura' relacionada con la labor académica, con una otra cultura 'más folclórica'.

Esta distinción que se hace en ocasiones no es real, ahora ni antaño, según ha explicado Luis García Montero, solo hay que ver cómo las obras de Machado o Lorca había un fuerte componente de la cultura popular.

En la exposición se puede encontrar una primera edición de un poemario de Lorca, donado por su familia, o su expediente universitario, donado por la Universidad de Granada.

La caja número 1722 acoge el Buzón de los Machado, que ocupa una de las vitrinas de la muestra y que cuenta con cartas, poemas, escritos, dibujos de personas anónimas y personajes conocidos a Antonio y Manuel Machado, en homenaje a la correspondencia que ellos mismos mantuvieron.

Entre los objetos expuestos se pueden encontrar también el legado de Maruja Torres, Carmen Linares, Ana María Matute, Jorge Edwards, Sánchez Ferlosio, Nélida Piñón, Víctor Manuel, Atahualpa Yupanqui, José Manuel Caballero Bonald o Carmen de Burgos.

Vista general de la exposición. EFE/Foto: Instituto Cervantes/Pablo Rojo. .