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Londres exhibe al gran ‘maese’ de la Catedral de León

De Nueva York a la National Gallery. En 2015 la sede de Christie’s en Manhattan retiró minutos antes de ser subastada una tabla de Nicolás Francés que pudo pertenecer al retablo de la Catedral de León. La obra, propiedad de un coleccionista privado, está desde entonces en la National Gallery de Londres.

Detalle de ‘La misa de san Gregorio’ que exhibe la National Gallery de Londres. ARCHIVO

León

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La misa de san Gregorio, obra de Nicolás Francés, lleva desde hace nueve años depositada en el principal museo londinense. Llegó a la National Gallery en 2015, poco después de que la casa Christie’s fuera a subastarlo en Nueva York por 500.000 dólares. La pintura se retiró de la puja en el último momento, sin ninguna explicación. La retirada de piezas en plena subasta no es algo infrecuente y, en la mayoría de los casos, se debe a una buena oferta por parte de un cliente preferente de la casa; también problemas con los permisos de la pieza, porque no esté clara la titularidad o la legalidad de su procedencia o porque exista alguna reclamación de su país de origen.

En la ficha del museo británico solo consta la fecha de ingreso de la obra y que pertenece a una colección privada. Se exhibe en la Galería F, con algunas de las pinturas más antiguas de la colección, todas del Renacimiento italiano, pertenecientes a artistas como Fra Angelico, Duccio o Giotto.

El catálogo de Christie’s destacaba «la maravillosa factura de la obra» y recordaba que Nicolás Francés, pese a su origen posiblemente borgoñón, fue el principal artista del reino leonés entre 1434 y 1468, y el artífice del antiguo retablo de la Catedral de León.

Otra misa en Boston

La National Gallery no atribuye la obra al artista leonés, sino a su taller. En la tabla el papa Gregorio I (o san Gregorio Magno) está arrodillado ante un altar y mira fijamente la figura del Cristo resucitado que emerge de una tumba. La escena conmemora un milagro ocurrido en el siglo VI, durante una misa celebrada por Gregorio en la Iglesia de la Santa Cruz de Roma. Cuando, en el momento de la consagración, uno de los celebrantes dudó de la transformación del pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo, apareció el propio Jesús en el altar. La ficha de la pintura —que mide 31,1 por 20,9 centímetros— explica: «La asociación de este panel con el taller de Nicolás Francés se basa en su similitud con una pintura del mismo tema en el Museo de Bellas Artes de Boston». Esta otra misa de maese Nicolás lleva en el museo norteamericano desde 1936, donada por el marino y empresario Frank Gair Macomber.

Resulta extraño que Christie’s tasara la obra que hoy se expone en Londres en medio millón de dólares si fuera de un discípulo de Nicolás Francés. El 29 de enero de 2015, un día después de la venta de La misa de san Gregorio, la casa Sotheby’s, en su sede de Manhattan, cerró en 71.756 euros una espectacular crucifixión, asimismo atribuida a maese Nicolás, del que se sabe que vivía en la calle Cardiles con su esposa Juana Martínez.

El retablo desmantelado

Algunos expertos consideran que se trataría también de una de las más de cien tablas que conformaban el altar original de la Catedral de León. En el año 1740 los canónigos desmontan el magnífico retablo realizado en 1434 por maese Nicolás, de más de trece metros de ancho, para instalar en su lugar uno churrigueresco de Narciso Tomé, dejándose llevar por la moda del momento. El retablo gótico fue desmantelado y las tablas que lo integraban se dispersaron; algunas fueron enviadas a las iglesias más pobres. Cuando el arquitecto Matías Laviña recibe el encargo del Gobierno de salvar la Catedral decide, asimismo, recuperar lo que queda de la obra de Nicolás Francés. Tras quitar el retablo que hiciera el autor del transparente de la catedral de Toledo, Laviña reconstruye con las pocas tablas que se salvaron el actual y mermado retablo que hoy puede contemplarse en el altar mayor.

La historiadora leonesa Ángela Franco llevó a cabo hace unos años una investigación para averiguar cómo era el retablo original, aunque fue imposible ‘recomponerlo’ al completo.

En 1452 el cabildo le encomendó a maese Nicolás la pintura a los pies del templo de un mural del Juicio Final, destruido a comienzos del siglo XIX a causa de los desnudos que contenía. En los últimos años han aflorado en las casas de subastas decenas de obras del Maestro de Astorga, el Maestro de Palanquinos y Nicolás Francés, los tres grandes artistas leoneses del Renacimiento. La obra de maese Nicolás se encuentra repartida en colecciones privadas y museos de medio mundo. El retablo de san Jerónimo está en la National Gallery de Dublín; el Museo Nacional de Estocolmo preserva las tablas de un posible retablo dedicado a San Miguel; y el Prado posee en su colección el retablo de la vida de la Virgen y de san Francisco, procedente de la capilla de Hinojo.