Diario de León

Una leonesa llena el museo de fieras

María Luisa Fernández diseña la tragedia de un futuro con extinción de especies

Dos leonas de gomaespuma en la exposición que dedica el Musac a la leonesa María Luisa Fernández. FERNANDO OTERO

León

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La leonesa María Luisa Fernández desembarca en la sala 4 del Musac con 8.068.807.215. Sangre en oro. La cifra alude a la población del planeta cuando comenzó a fraguarse la muestra. La artista (Villarejo de Órbigo, 1955) ha tenido que triunfar en medio mundo antes de ser conocida en su tierra. El Musac ha decidido poner fin al agravio con una exposición que resume la infatigable búsqueda de la artista por encontrar una escultura que sea «diseño de la tragedia», en sus palabras, porque muestra las vísceras de un futuro terrible, con superpoblación, sobreexplotación, la extinción de especies y una Tierra poco habitable.

María Luisa Fernández, con obras en algunos de los museos más importantes, rescata para el Musac una de sus series más emblemáticas, en la que ya había trabajado en los 90 y ahora ha revisado. Se trata de Artistas ideales, donde convierte a los protagonistas de su profesión en porcentajes, en ‘quesitos’ de esas tartas estadísticas tan disputadas en las elecciones. Unas esculturas con un guiño de humor, en las que los artistas ideales están «abrasados» —están hechos con madera quemada— o penden de un hilo.

También hay una fauna salvaje en vías de extinción representada a través de capas, vacíos, luces y ausencias. Planchas con siluetas las siluetas de estos animales conformando unas mesas cuyas patas intentan aferrarse al suelo. Y animales que parecen sacados de una excavación arqueológica, como unos leones que podrían haber flanqueado un templo babilónico, aunque están hechos con un material tan efímero como la gomaespuma, condenados, por tanto, a mutar de color, del azul al verde y luego al amarillo, hasta reducirse a polvo.

Otra de las esculturas utiliza la conocida sucesión de Fibonacci —la lista infinita de números naturales—, representada en una espiral con el crecimiento de la población mundial en 460 millones desde 2018.

De todas formas, a la artista leonesa no le gusta demasiado explicar sus obras, prefiere que sean una invitación a reflexionar y que sea el espectador quien saque sus propias conclusiones.

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