El Musac destapa su sala más colosal y única en España
Sala de clausura. La sala 6 del Musac reabre tras doce años convertida en ‘trastero’. Mostrará una obra de Pipilotti Rist que hay que contemplar tumbado y será la protagonista de la temporada junto a las exposiciones de la leonesa María Luisa Fernández y Prudencio Irazabal.
El misterio tiene gancho. Y la sala 6 del Musac está llena de secretos. Es única en el panorama museístico del país. Mide catorce metros de altura. Pese a la monumentalidad de este espacio, ha estado cerrado en los últimos doce años, según los predecesores del actual director del Musac, Álvaro Rodríguez Fominaya, por ser muy costosa de mantener. El argumento no parece muy convincente.
«Es la seña de identidad del museo y así la concibieron Mansilla y Tuñón cuando diseñaron el museo», afirmó ayer Rodríguez Fominaya en la presentación de la nueva temporada expositiva, que podrá visitarse hasta el 13 de octubre. La sala reabre hoy sus puertas al público, de 19.00 a 21.00 horas, con una instalación de Pipilotti Rist que ya se exhibió aquí mismo en 2005. Se trata de Homo Sapiens sapiens 5 alas, una obra de gran impacto visual, que la artista suiza había presentado con anterioridad en la Bienal de Venecia y readaptó al Musac. Para su contemplación, los espectadores deben tumbarse en las colchonetas, estratégicamente colocadas en el suelo y unidas entre sí simulando las hojas de una vid. La proyección, de un carácter intensamente onírico, es una puerta al paraíso perdido. El museo paseó esta obra por el festival de Benicàssim (FIB) en 2007. También la hizo desfilar por Budapest y Estambul en los primeros años del museo, en los que buscaba proyección internacional.
Estar clausurada durante tantos años hizo que la sala 6 se convirtiera en la más enigmática del museo leonés. Antes de su cierre acogió talleres educativos. Para solventar la cuestión de la climatización se construyó un ‘Pabellón de talleres’, una gran caja encargada en 2012 al artista Terence Gower para hacer funcional una sala infrautilizada y, al mismo tiempo, resolver el problema del reciclaje de los materiales sobrantes de las exposiciones.
Pero desde que Rodríguez Fominaya asumió la dirección del Musac hace tres años vio las posibilidades de la sala y no se resignó a renunciar a una estancia tan excepcional, un torreón si se contempla desde el exterior.
Fominaya también trabaja actualmente para volver a dotar al museo de tienda y cafetería.
Homo Sapiens sapiens 5 alas no es la única obra de Pipilotti Rist que podrá verse en el museo, sino que el equipo del Musac ha rescatado de la colección permanente una llamativa instalación para la sala contigua. Se titula Apple Tree Innocent on Diamond Hill. De la gigantesca rama de un árbol aparecen suspendidos diferentes objetos transparentes —sobre todo, táper reciclados— sobre los que se proyecta un abstracto conglomerado de formas y colores.
El Musac crece
Tras años en recesión, el Musac podría dar este año un vuelco a las cifras de público. En el primer cuatrimestre los visitantes han aumentado un 50% con respecto al año pasado. La causa es la antológica dedicada a la artista nacida en La Habana en 1948 Ana Mendieta, muerta en extrañas circunstancias al precipitarse desde un edificio de apartamentos en Manhattan. El museo agotó los catálogos de la exposición y hasta el New York Times se hizo eco de la muestra que le dedicó el Musac.
La nueva temporada, con las exposiciones de la leonesa María Luisa Fernández y el alavés Prudencio Irazabal, además de la atractiva sala 6, y que aún queda el esperado ‘aterrizaje’ en el museo del artista y activista chino afincado en Portugal Ai Weiwei, uno de los más cotizados en la actualidad, podrían devolver al Musac a sus mejores tiempos.