Diario de León

El ‘carpintero de Hollywood’ enseña su arte en Mansilla

Paco Luis Martos, que ha realizado tres artesonados mudéjares para el monasterio de Sigena, ‘desmantelado’ en la Guerra Civil, y autor de impresionantes techumbres para masiones de estrellas de Hollywood, enseña su milenario oficio en Mansilla de las Mulas esta semana.

Paco Luis Martos, de pie, en el curso que imparte en Mansilla sobre dorado, estofado y policromado de artesonados. DL

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La última gesta de Paco Luis Martos ha sido reconstruir en tan solo tres meses un nuevo alfarje en madera para la sala capitular del Monasterio de Sigena. Considerada una de las mejores obras del románico en Europa, quedó destruida por un incendio en la Guerra Civil.

Juan Naya, nacido en Villanueva de Sigena, escuchaba de pequeño a su abuelo historias sobre la reina Sancha y Alfonso de Aragón y de cómo era el monasterio y las fabulosas pinturas que fueron arrancadas durante la guerra y trasladadas a Cataluña. Este ejecutivo astrofísico de la Nasa —ahora consejero delegado de los laboratorios Isdin— decidió que algún día reconstruiría Sigena. Años de búsqueda y documentación dieron como resultado el documental Sigena, la magia de un sueño, que hoy se proyecta, a las 20.00 horas, en la sala de cultura de Mansilla de las Mulas. El filme, premio Hispania Nostra, relata el proyecto de reconstrucción que ha impulsado Juan Naya de las pinturas románicas del monasterio. Naya y Martos llevan años empeñados en devolver el esplendor al monasterio fundado en 1188 —año de las Cortes Leonesas—, que acogió a monjas y frailes, aunque desde el principio fue gobernado por las prioras.

Martos ha realizado ya tres alfarjes para Sigena, que llegó a contar con doce. Esta semana imparte uno de los talleres que cada verano organiza en Mansilla la empresa Homo Faber con el objetivo de recuperar oficios tradicionales.

Reconocido con muchos premios, entre ellos el Nacional de Artesanía, Martos desvela esta semana en la localidad leonesa las técnicas del dorado, policromado y estofado de artesonados.

Martos mantiene intacto un arte que nació hace mil años, cuando aparecieron en la Península las primeras cubiertas en madera bajo la influencia islámica. Este experto en artesonados mudéjares nació en 1969 en la localidad jiennense de Villanueva del Arzobispo y aprendió el oficio de niño entre los clavos y tablones de la carpintería de su tío, apodado ‘Chaparrete’. En 1989 inició estudios de Bellas Artes en la Universidad de Granada. Como curiosidad, fue el bajista del grupo Guadalupe Plata hasta 2019, cuando abandonó la música para centrarse por completo en su labor como maestro carpintero.

Las mansiones de Beverly Hills

Los artesonados de Martos lucen en decenas castillos, monasterios y palacetes. En 2006 decidió extender los ‘tentáculos’ de su empresa a California. Algunas de las mansiones más lujosas de Beverly Hills lucen los artesonados de Martos, que se ha convertido en el ‘carpintero de lujo de Hollywood’. Las mansiones de las actrices Cher y Halle Berry, la casa que perteneció al cantante Jim Morrison o el lujoso chalé del arquitecto Richard Clayton cuentan con ‘cielos de madera’ firmados por el artesano andaluz. 

También ha construido algunos artesonados especialmente representativos como los alfarjes del patio del Alcázar de Toledo, los artesonados del Palacio de los Condes de Guadiana de Úbeda, reconvertido en hotel (2012), y un artesonado de casetones mudéjares para el Museo de la Memoria de Andalucía, Granada (2008-2009), entre otros.

Mónica Martín Sisí, responsable de Homo Faber, está entusiasmada con la presencia de Martos. Explica que los alumnos están trabajando con un «trocito» de alfarje como el que colocó hace dos meses en Sigena. Espera que, al igual que los cursos, la sala de cultura de Mansilla de las Mulas hoy se llene de espectadores para ver el documental Sigena, la magia de un sueño. Destaca el ingente trabajo de cada artesonado. Explica que en una pieza de doce por cuatro metros —el recién colocado en el monasterio de Huesca— dos personas dedicaron tres meses de trabajo, todos los días, en jornadas de nueve horas.

Paco Luis Martos y Juan Naya en una escena del documental. DL

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