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«No me considero terminado mientras se me ocurran cuentos»

Merino tiene mucho cuento. El escritor y académico leonés José María Merino publica un ensayo sobre ‘La belleza de los cuentos’, sacará en otoño el libro de relatos breves ‘Yo y yo en breve’ y trabaja en una novela que rescató de un viejo ordenador, unas memorias de viajes personales.

Imagen de archivo del escritor y académico leonés José María Merino en su casa madrileña. BENITO ORDÓÑEZ

León

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«La literatura está en la realidad», asegura José María Merino. El escritor y académico leonés está a punto de publicar La belleza de los cuentos (Eolas Ediciones), donde desnuda un género en el que él es un maestro. En el libro, de 76 páginas y el número 18 de la colección ‘De la belleza’ del sello leonés, expone sin tapujos su mirada sobre el cuento, que es «la primera expresión de la inteligencia humana», dice. En el cuento, inicialmente oral y con el tiempo escrito, están las raíces de la complejidad de nuestro lenguaje y de todos los mitos y arquetipos que componen nuestro sustrato imaginario, tan importante para solidificar nuestras actitudes y sentimientos. El cuento no es algo banal, prescindible, sino sustantivo, decisivo, para explicar y comprender nuestra personalidad.

Merino confiesa que siempre fue «muy lector» de cuentos. Leyó de niño una selección de cuentos del Calila en la antología Cuentos viejos de la vieja España y quedó fascinado por ellos.

No sabe a ciencia cierta cuántos ha escrito a lo largo de su vida. «Puede que más de un centenar de cuentos canónicos y otros tantos minicuentos», afirma. ¿De dónde saca el material para tantas historias? Responde que la realidad está llena de ellas. «Ahora estoy viendo un tiesto con una rotura que está junto a un olivo... Ahí hay un cuento, tanto desde la historia de la planta como de mi mirada», explica. «En todo hay una posible ficción». Porque la ficción es un modo de explicar lo que no entendemos.

Es tan importante la historia como la forma de relatarla. Merino cita una máxima del imprescindible y apócrifo profesor Souto: «La extensión en el cuento es inversamente proporcional a la intensidad».

El autor de Las crónicas mestizas publicará en otoño un libro de relatos breves titulado Yo y yo en breve (Alfaguara). «Sí, es un título raro. Son cuentos que tratan de mí enfrentado al misterioso mundo de la realidad». Son setenta cuentos —prácticamente todos inéditos, excepto cuatro—. Un artefacto literario genial, al modo de las muñecas rusas, en el que las ficciones encierran ficciones que además hablan unas con otras y comparten personajes o situaciones. Todos ellos giran en torno a temas tan apasionantes como la identidad, el doble, la frontera entre la vigilia y el sueño, las realidades paralelas o la inteligencia artificial. El nexo de unión entre todos los relatos es un imaginario taller de literatura en el que el escritor recoge los cuentos de los asistentes y hace un juicio sobre ellos.

«No me considero terminado mientras se me ocurran cuentos», se sincera. Merino ha hecho incursiones en la ciencia ficción y ha sido un auténtico renovador de un género que durante décadas fue considerado «menor».

Al autor de Musa Décima también le ocurren historias increíbles. En 2004 cambió de ordenador y el viejo lo dejó en su casa de campo. «Un día lo enchufé para ver si funcionaba y me encontré una carpeta con el arranque de un libro que había olvidado por completo». Recurrió a un amigo informático para salvar aquel ‘hallazgo’. «Los capítulos, extrañamente, aparecían en negro», relata. Sin embargo, «los guardó en un pendrive. Tiempo después Merino tuvo la intuición de abrirlo y «resucitaron los capítulos». Se trata de unas «memorias de viajes personales». El escritor leonés quiere recuperarlos para un libro en el que está trabajando actualmente.

La novela perdida

Merino trabaja actualmente en una novela que había olvidado en un viejo ordenador
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