Diario de León

García-Alix se mete en un «lío»

El leonés participa en una de las instalaciones híbridas de Blanca Regina

Alberto García-Alix, en una visita a León. JESÚS F. SALVADORES

Publicado por
Doménico Chiappe
Madrid

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Cuando la artista y comisaria de arte Blanca Regina le propuso al fotógrafo Alberto García-Alix que participara en una de sus instalaciones híbridas de arte sonoro improvisado, lecturas poéticas y ‘performance’, el gran fotógrafo leonés le respondió: «Vaya lío». Pero se dejó seducir por la idea de participar en un espectáculo alrededor de sus fotografías con resultados imprevisibles, y eligió un diaporama (audiovisual basado en fotografías) que había expuesto en Un expresionismo feroz . «Lo proyecté en Moscú, un poco antes de la pandemia», explica el fotógrafo, que ha merecido grandes retrospectivas como De donde no se vuelve , en museos como el Reina Sofía.

A la obra cedida, García-Alix añadió algunas imágenes adicionales y propuso el título Sonata para un rifirrafe . «Nos deja su material para que juguemos con respeto pero sin dirección», recuerda Blanca Regina, que encargó la música y los visuales a Matthias Kispert, Pierre Bouvier y Tomi Osuna. «Así él también entra en la dinámica de la improvisación».

En la Galería Cruces, en Madrid, con unas cervezas que mitigaban el calor del verano, la presencia silenciosa de García-Alix al fondo y las puertas abiertas, la sesión del miércoles pasado comenzó con la intervención de los poetas Ajo y Peru Saizpres, que prepararon la acción Atravesar a la audiencia con un poema . «Son poetas que pertenecen a la escena independiente. Traerles con García-Alix era una reunión de superhéroes», dice Regina, que suele trabajar con figuras como Laetitia Sadier de Stereolab o la cineasta Helena Taberna. «El evento es un pretexto para hacer comunidad».

Con un ambiente creado por la improvisación electroacústica «con drones, sonidos, objetos, texturas y guitarra» fluyó la ‘performance’. «La improvisación tiene carácter político y práctico», explica Blanca Regina. «Es un intercambio, una escucha y un espacio para los participantes, sin jerarquías ni instrucciones».

Estos actos son efímeros y persisten sólo en la memoria de los asistentes. Durante una hora, estos siete artistas de distintas disciplinas se unieron en una sola obra. En el fondo, era un homenaje a García-Alix.

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