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León guarda el código cifrado de los espías del rey

El Museo Liceo Egipcio atesora un manuscrito único en el mundo

Raúl López y Beatriz Cañas posan junto a las primeras traducciones al inglés de la Divina Comedia de Dante, realizada por Henry Wadsworth en el siglo XIX.María Fuentes

Publicado por
David Franco
León

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Raúl López y Beatriz Cañas comienzan sacando del expositor una Biblia Copta del siglo VIII, perteneciente a una rama del cristianismo que se originó en el Antiguo Egipto. Sus páginas están escritas en copto, un cruce entre el griego y el lenguaje de jeroglíficos. Este último, basado en el uso de símbolos para representar tanto objetos como conceptos abstractos no solo se utilizó durante ese período. Así lo muestra un manuscrito único del museo, que no se encuentra en ningún otro lugar del mundo. Contiene los códigos cifrados que utilizaban los espías de Felipe II y Felipe III durante el siglo XVII. Así, en caso de que las cartas fueran interceptadas, los enemigos no sabrían identificar el contenido. Este código se basaba en la utilización de símbolos para sustituir palabras y nombres de personas.

El Museo también preserva un Corán del siglo XVI directamente traído del Cairo, rollos de pergamino en idiomas casi indescifrables, cartas en clave de las que dependía la monarquía española... La biblioteca del Liceo está repleta de curiosidades.

Puede que la principal atracción de la sala sea el gran sarcófago réplica del de Tutankamón, pero hay más joyas de la colección. Entre ellas, destaca la gran cantidad de archivos y documentos de diferentes épocas.

También se conservan documentos de la expedición francesa a Egipto, llevada a cabo por Napoleón a finales del siglo XVIII. Además de la multitud de cartas que los generales se mandaban entre sí, el museo posee algo muy curioso. Los franceses tenían una cooperativa vinícola en Egipto, la cual no tardó en desaparecer, pues en la cultura árabe no se bebe alcohol. Esta cooperativa repartió diversas acciones y en el museo se conservan cinco de estos títulos en muy buen estado.

A continuación, los dos expertos se equipan con guantes para desenrollar un pergamino de oración copto procedente de Etiopía, un manuscrito que contiene oraciones, himnos y textos bíblicos. Se utilizaba como guía espiritual y herramienta para la meditación y el rezo.

Una de las piezas más particulares y curiosas tiene que ver con la egiptóloga británica Barbara Adams, que descubrió las primeras mascaras egipcias.

Cuando estaba comenzando con sus estudios de la carrera de antropología, escribió un poemario, Bones in my Soul , del que salieron apenas 30 copias. De todas ellas solo una está firmada, y es la que se expone en el museo.

En la biblioteca también se conservan libros del padre Ramiro Fernández Valbuena. De origen leonés, fue el pionero en escribir libros sobre la historia de Egipto en español.

Además de las piezas ya mencionadas, los especialistas expusieron otras, como las traducciones al inglés de la Divina Comedia de Dante o una carta de Howard Carter, el descubridor de la tumba de Tutankamón.

Estas obras, junto a muchas otras, pueden ser admiradas durante las visitas que el ofrece el museo. Además, también tienen actividades para los más pequeños, como las gymkanas, y otras para todas las edades como los cursos de egipcio jeroglífico.

Visitas nocturnas teatralizadas

Centrada en el 'Ritual de apertura de la Boca', esta propuesta se realiza el primer sábado de cada mes. Durante 50 minutos, los asistentes acuden a la recreación histórica de este rito funerario. Realizado para los faraones, buscaba asegurar que el difunto pudiese vivir plenamente en el más allá.

Se representan pasos como la momificación, el pesaje del alma o el despertar de los esclavos que el faraón se llevaba con él a la tumba. Todo bajo el manto de oscuridad y rareza que solo la noche puede proporcionar. 

Para conseguir que la recreación sea lo más fiel posible al rito original, en el museo se han encargado de traducir los textos que los egipcios dejaron sobre este proceso hace más de 5.000 años. Todos los pasajes reproducen lo que se decía originalmente, incluso en algunos se habla en egipcio jeroglífico. Se realizan los primeros.