Cerrar

El discípulo leonés del pintor Antonio López

Francisco Geijo Rubio. El artista, que define su estilo como «figurativo, realista y moderno», ha expuesto en localidades como Fuenlabrada, Getafe o Coslada. Ayer lo hizo por primera vez en San Justo de la Vega, su tierra natal.

Fernando posa con dos de sus cuadros en la exposición. FERNANDO OTERO 

Publicado por
David Franco
León

Creado:

Actualizado:

Hay casualidades que cambian vidas y encuentros que marcan carreras. Ha llovido ya desde que Francisco Geijo, natural de San Justo de la Vega, conociese a Antonio López, considerado por muchos el mejor pintor español en la actualidad. Animado por un amigo, llevo un par de cuadros a un taller que este organizaba con el Antonio. «Entonces se los quedo mirando y me dijo ‘Francisco, esto tiene buena pinta’» cuenta el leonés.

Un estilo diferente

«No quiero imitar a Antonio, si copias a otro, lo único a lo que aspiras es a hacer malas reproducciones»

Desde entonces han trabajado en gran cantidad de ocasiones juntos. Esta cercanía ha influido enormemente en Francisco, y esto se ve reflejado en sus obras: «Los temas de nuestros cuadros son muy parecidos. Eso sí, cada uno tiene su manera de pintar. No quiero hacer lo mismo que él, si imitas a otro, lo único a lo que puedes aspirar es a hacer malas copias».

El estilo de Geijo es figurativo, realista y moderno. Se podría aproximar a lo que hacen los ‘buenos’ pero «mejor que eso lo digan los demás».

Autorretrato realizado con la técnica del carboncillo.DL

Como todos los artistas, tiene su propio proceso creativo: «Me subo a donde pueda y hago fotografías. De ahí saco la composición.» Un proceso igual al de Antonio López: «Vamos a los cerros del Viso, a Paracuellos del Jarama... Ahora hace un tiempo que no leo, está con lo de las puertas de la Catedral de Burgos. Tiene más de 70 cosas empezadas, y seguramente me quedo corto».

Geijo, que ha pasado por prestigiosas academias de arte en Madrid, como la de Miguel Ángel Oyarbide, ha compaginado durante muchos años la pintura con el trabajo de camarero. Curiosamente, este empleo también le servía para prosperar en el arte: «Al salón de carta acudía la gente de dinero. Entablando relación con los clientes conseguí vender muchos cuadros, además de conseguir muchos encargos. Me dio muchas alegrías».

La exposición

Francisco se mudo a Madrid hace 55 años, y aunque ha pasado mucho tiempo, siempre ha mantenido un gran cariño por su tierra natal. De vez en cuando pasa unos días en San Justo, aprovechando la casa que le dejo en herencia un tío suyo.

Uno de los paisajes urbanos pintados por el leones.DL

Ayer fue un día especial para el artista, ya que fue en esta localidad que le vio nacer donde pudo mostrar su arte. En la casona del pueblo se organizo una exposición con algunos de sus cuadros. Muchos paisajes y calles madrileñas, pero también algunos lugares reconocibles para sus paisanos, como la Plaza Mayor de Astorga o el crucero de San Justo de la Vega.

Francisco le dedica esta exposición a su paisano ya fallecido Rosendo García Ramos: «Es una pena que le llegué a título póstumo, siempre quiso que expusiese en el pueblo».

En estos momentos, este leonés disfruta de su jubilación y del sueño de seguir pintando: «Yo solo quiero levantarme cada día y trabajar. Me levanto muy pronto, sobre las seis de la mañana. Veo el amanecer, me encanta. Seguiré trabajando hasta que las fuerzas me digan ‘hasta aquí hemos llegado’».

Uno de los asistentes a la exposición observando los cuadros. FERNANDO OTERO