"¡Efectivamente! Hubo un ‘boom’ de música hecha desde Galicia"
Traer a Gordoncillo a Luar Na Lubre es poner sobre el escenario la mejor historia del folk. Con Galicia como referencia pero con el sentido universal que la formación de origen coruñés ha dado a su forma de hacer música y a su repertorio. Casi cuatro décadas de existencia que la dotan del mejor carácter atemporal. Será este viernes (22.00 horas) en el patio del Mihacale.
Luar Na Lubre es la deslumbrante propuesta de este viernes en Gordoncillo en el Museo de la Industria Harinera de Castilla y León. Será a a las 22.00 horas en el patio con entradas a 15 euros. El grupo más internacional del folk en Galicia presenta las canciones de su nuevo trabajo Luar Na Lubre XX. Encrucillada .
—Casi 40 años y seguro que no parece ayer... Cuando surge Luar Na Lubre fue tanto como poner el folk gallego en primera línea. ¿Cómo lo recuerdan?
—Luar Na Lubre nació en el año 1986, sin mayores pretensiones que hacer música folk, en un momento en el que no era muy fácil hacer este tipo de música, pero con mucha intención, con muchas ganas y pocos medios. Desde el primer momento, las cosas fueron surgiendo y siguieron positivamente, con lo cual se dio la circunstancia de que el grupo fue creciendo paulatinamente, hasta que grabamos nuestro primer trabajo discográfico, en 1988. Esto disparó nuestras expectativas, ya que solo nos movíamos en el ámbito local y algo en el ámbito gallego. A partir de ahí, nuestro trabajo funcionó muy bien y nos dio la posibilidad de, con el dinero recaudado, grabar un segundo trabajo discográfico y proyectarnos un poco más a nivel nacional, aunque las salidas aún eran muy tímidas. Creo que el gran punto de inflexión en nuestra trayectoria, después de casi diez años trabajando, fue el encuentro con Mike Oldfield y la posibilidad de firmar un contrato con Warner, una gran compañía discográfica multinacional que disparó nuestras expectativas. Con nuestro primer disco en Warner, O son do ar , vendimos más de 50.000 discos en muy poco tiempo. Algo que para este tipo de música era una auténtica barbaridad, una cosa excepcional. Aquello tuvo gran repercusión y desde entonces hemos continuado proyectando nuestra música a nivel nacional e internacional. Tenemos recuerdos maravillosos. Este es un sueño realizado de un grupo de gente que, en un primer momento, no tenía pretensiones y que finalmente se convirtió en algo grande, tanto que quizás seamos el grupo gallego más internacional de Galicia.
—¿Ese disco ya lo hicieroncumpliendo lo que querían ser?
— O son do ar fue nuestro primer trabajo discográfico. Editado en 1988, se hizo con mucho corazón, pocos recursos y con poca cabeza, porque no teníamos ni idea, ni los medios, ni asesores, pero lo cierto es que funcionó. Desde el punto de vista técnico, el disco es precario, pero desde el punto de vista emocional fue muy importante para nosotros. Fue grabado en 35 horas, que es el tiempo con el que actualmente, como media, grabamos una canción. No sé si cumplimos con lo que queríamos ser, porque en aquel momento no sabíamos con claridad hacia dónde íbamos. Pero O son do ar cumplió la función de servir como carta de presentación pública y fue el punto de partida de todo lo que vendría después.
—Respecto al contexto musical en Galicia y en España, ¿se sentían unos ‘bichos raros’?
—Estamos en una ‘esquina’ del continente europeo, con unas peculiaridades que sí nos hacen diferentes, para bien y para no tan bien. Musicalmente hablando, es cierto que aquí se dio una historia muy particular, muy ligada a esa estética llamada celta, que nos llegó desde el Norte, y que de alguna manera conmovió los cimientos de lo que se estaba haciendo musicalmente en Galicia, hasta los años 70, que era distinto. Y sí, tuvo una gran repercusión, tanto en Galicia como fuera. Aquí cuajó esta forma de hacer y sirvió para proyectar hacia el exterior. En definitiva, tenemos raíces de parte de esa cultura celta y la gente lo entendió desde el primer momento. En el resto de Estado, efectivamente, la gente nos tenía que ver diferentes, aunque con familiaridad, ya que los gallegos, debido a la emigración, estamos en todos lados, con lo cual nuestra música también. No nos hemos sentido mirados como ‘bichos raros’, para nada. La gente que viene a nuestros conciertos viene a disfrutar con nuestra música y, la mayor parte, sabe lo que se va a encontrar. Tenemos mucho impacto a nivel estatal, tocamos muchos conciertos fuera de Galicia y estamos muy a gusto.
—¿Cuándo creen que la potencia que manejaban empezó a llamar la atención de todos?
—El punto de inflexión fue ese encuentro con Mike Oldfield y que, posteriormente, hiciese una versión de un tema nuestro y, además, poder firmar con una compañía discográfica importante. A partir de ese momento, nuestra música tuvo ese punto de eclosión hacia el exterior y la posibilidad de llegar a más gente. El resto es trabajo y hacer las cosas razonablemente bien. Es inevitable decir, y nos sentimos muy orgullosos, de que el momento en que todo esto detonó, para fuera de Galicia, fue gracias al encuentro con Mike Oldfield y que grabara esa versión de ‘O son do ar’ y que, además, firmáramos con una importante compañía discográfica. El resto vino todo a base de tenacidad bien trazada.
—¿Hubo ese gran ‘boom’ gallego? ¿Quedó algo de todos esos nombres propios que eran y que todos tenían algo que gustaba?
—¡Efectivamente! Hubo un ‘boom’ de música hecha desde Galicia y claramente decantada hacia la parte celta, tan polémica, pero que fue una marca que sirvió y sirve para ponerla en conocimiento de mucha gente, a nivel internacional, no solo en España. El problema es que fue un ‘boom’ efímero, ya que estas cosas, si no se gestionan adecuadamente, queda solo en eso, y se acabó. Creo que aquí no trabajamos coordinadamente para que ese ‘boom’ tuviese unos cimientos adecuados. No fuimos capaces de tejer un asociacionismo, una forma de trabajar conjunta, para que se convirtiese en un movimiento de la música gallega bien consolidado. De los nombres propios de aquellos momentos, todavía quedan algunos en activo, pero lo cierto es que mucha gente desapareció.