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Un librero «muy ruso» en León

Los libros «vividos». Felipe Ménguez abrió las puertas de su librería de segunda mano en 2022. Libros Oblómov es el sueño de un apasionado por la literatura rusa, de alguien que disfruta de dedicar tiempo a vivir «la ensoñación de lo que te cuenta un libro».

Felipe Ménguez, en la librería Libros Oblómov de la Plaza del Congreso Eucarístico.    ÁNGELOPEZ

Publicado por
Laura Fierro Manso
León

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«No hay dos personas que lean el mismo libro», decía el escritor Edmund Wilson. Por eso los libros de segunda mano, son también «libros vividos», o así los denomina Felipe Ménguez, el entusiasta que se aventuró a abrir una librería de libros usados, oficio difícil en los tiempos que corren, en León. Filósofo de formación, antes de abrir la librería fue teleoperador y profesor de secundaria. En su tiempo libre disfruta de jugar una buena partida en torneos de ajedrez.

El 18 de marzo de 2022, Ménguez abrió las puertas de Libros Oblómov, una pequeña librería de segunda mano situada en la Plaza del Congreso Eucarístico, al lado de los cines Van Gogh. En ella, se pueden encontrar todo tipo de libros desde narrativa, teatro, poesía, ajedrez hasta divulgación científica. Todos se asientan en un ambiente acogedor, siempre acompañados de música clásica o jazz.

Pero no solo son los buscadores de buenos libros los que acuden a Oblómov, también son muchos los que van en busca del librero para disfrutar de una buena charla. «Siempre me gustó el mundo del libro, desde niño. Cuando acabé los estudios hice un máster de edición, mi ilusión era trabajar en una editorial, pero mandas currículums, no te llaman, y al final me encaminé hacia la enseñanza. Estuve unos años recorriendo España como interino, estaba siempre lejos de casa y tampoco tenía mucha vocación y dije mira, me voy a lanzar a poner una librería que es un sueño que siempre he tenido. No quería encontrarme con 70 años pensando: ¿qué hubiera pasado si me hubiera decidido a hacer aquello, poner una pequeña librería, que era mi sueño y no me atreví a hacerlo? Y aquí estamos».

Ménguez asegura no ser un gran entendido pero la gran selección de libros de su librería, deja entrever otra realidad. «No provengo de una familia que fuera especialmente lectora, mi padre trabajó en la mina y mi madre fue ama de casa. No eran aficionados a la lectura pero siempre me traían libros y como veían que me gustaba leer, me traían muchísimos más. Esa afición me la fomentaron ellos no siendo ellos muy lectores. Mi madre decía, no se me olvida, hace ya 10 años que falleció, ¡Dónde vas con tantos libros! Aunque vivas 100 años, no te lees todos los libros que tienes, ¡y todavía te compras más! Y bueno, no le faltaba razón, a los que nos gustan los libros siempre acumulamos más de los que podemos leer pero bueno es una pasión que tenemos, qué le vamos a hacer», añade.

El nombre de la librería proviene de su pasión por la literatura rusa, en especial, la del siglo XIX. Oblómov es el protagonista de la novela homónima de Iván Goncharov. «Me siento bastante identificado con él. Es un personaje muy perezoso que se pasa la mayoría de la novela entre el sofá y la cama, no le gusta mucho la acción, sino más bien la ensoñación, le tenía cariño por eso. Y porque en definitiva también es una especie de metáfora de la lectura. Pararte y dedicar un tiempo a vivir otras vidas que aparecen en los libros y no hacer, como se dice ahora, algo productivo, simplemente dedicarte a una ensoñación, que es vivir lo que te cuenta el libro» continúa.

Pero si hay un autor que destaque especialmente en la nostalgia del librero, ese es Antón Chéjov. «Hay tanta compasión en sus cuentos, que te marcan. Creo que leer cuentos de Chéjov te hace mejor persona, sí, yo creo que sí», sentencia el librero.

Para Felipe no es solo un trabajo. «Lo mejor de tener una librería es poder estar rodeado de libros y de los clientes que vienen. Aprendo mucho de ellos. Además tengo la sensación de que al final es un proyecto cultural que sale adelante entre todos, en realidad es del barrio y de toda la gente de León. Hay gente que trae libros desinteresadamente para que venga otra persona que quiere justo uno de esos libros y nosotros somos una especie de intermediarios. Se ha expandido la cultura entre todos». «Una de las curiosidades de tener una librería de segunda mano, es la colección de pecios que vas encontrando, pequeños tesoros que se quedan en los libros. Desde billetes de tren de los años 60, folletos de teatro de 1977, menús de enlaces de boda hasta billetes de lotería de 1990».

A la pregunta de qué le diría a todos aquellos que no se han iniciado en el mundo de la lectura, responde: «Leer te hace feliz. A lo mejor hay un libro que no te gusta pero seguro que hay alguno que te hace feliz. Es un pasatiempo que te proporciona gratificación, puedes leer un libro de detectives para evadirte, una novela de historia para aprender, cocinar con una receta de cocina, aprender a jugar al ajedrez». Los libros vividos buscan un nuevo lector que les de una nueva vida, una nueva forma de entenderlos.

Puerta de entrada de la librería. ÁNGELOPEZ

Ménguez en la mesa de la librería Libros Oblómov.ÁNGELOPEZ