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El surrealismo celebra un siglo con una excepcional exposición en París

Detalle de la exposición en el Pompidou. EDGAR SAPIÑA MANCHADO

Publicado por
Abraham de Amézaga
París

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«Automatismo psíquico puro, en el que la intención es expresar, ya sea verbalmente, por escrito o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento». Con estas palabras definió André Breton (1896-1966) en el Manifiesto Surrealista el movimiento que reunió a lo más ecléctico y rico de la literatura y el arte del pasado siglo.

El 15 de octubre se cumple el centenario de la publicación del texto y era evidente que París no dejaría pasar tan sonada efeméride. El Centro Pompidou de Arte Moderno abrió ayer una excepcional exposición que toma como pretexto los cien años de la publicación del célebre manifiesto para viajar hasta 1969, el año de la defunción oficial del surrealismo. Es un recorrido fabuloso a través de una selección de 500 obras maestras: cuadros, dibujos, películas, fotografías y documentos literarios claves para comprender un movimiento que sigue muy vigente un siglo después.

El recorrido se ha trazado de manera cronológica, temática y pluridisciplinar, a través de trece capítulos dedicados a grandes figuras de las letras y las obras que inspiraron el movimiento, como Lautréamont, Sade y Lewis Carroll, entre otros. También con las mitologías que estructuraron su imaginario poético, como es el caso del artista-médium, la piedra filosofal o las quimeras. Un universo retorcido y nada fácil de entender para el común de los mortales, pero en el que el arte y sus disciplinas satélite borbotean de creatividad por medio de poetas, pintores y demás artistas. La escenografía de la muestra juega con la ilusión óptica, tan apreciada por los surrealistas, y su laberíntico recorrido conduce al visitante a una enorme sala circular presidida por el manuscrito original del Manifiesto Surrealista en el centro, tesoro nacional desde 2017, que llega gracias al préstamo de la Biblioteca Nacional de Francia, que lo custodia.

El gran masturbador

Con el escueto título ‘Surréalisme’, la muestra reúne medio millar de obras, algunas de ellas préstamos excepcionales, en más de dos mil metros cuadrados en los que se pueden admirar obras pictóricas muy representativas del movimiento como Canto de amor (1914), de Giorgio de Chirico; Perro ladrando a la luna (1926), de Joan Miró; El gran masturbador (1929), de Salvador Dalí, o Los valores personales (1952), de René Magritte, entre las más destacadas.

El cuadro que se ha elegido como imagen de la exposición, también expuesto en las salas del Pompidou, es El triunfo del surrealismo (1937), de Max Ernst. Todas son obras llegadas de colecciones públicas y privadas y entre las que la presencia femenina es destacada, con piezas de Leonora Carrington, Dora Maar, Dorothea Tanning, o la española Remedios Varo, gerundense cuya ‘Papilla estelar’ (1958) se puede ver en la gran exposición parisina.

El movimiento, que según Breton debía «cambiar la vida» y «transformar el mundo», traspasó el continente europeo y caló en la inspiración de artistas de Estados Unidos, México, —es el caso de Rufino Tamayo—, o Japón. Si bien se disolvió de modo oficial en octubre de 1969, su estela ha seguido impregnando hasta hoy los universos del arte, el cine y la moda, entre otras disciplinas. «El surrealismo siempre ha intentado caminar sobre dos piernas, conciliar el ‘cambiar la vida’ de Rimbaud con el ‘transformar el mundo’ de Marx’, explica Didier Ottinger, director adjunto del museo y comisario de la exposición.