El último canto poético del leonés Luis Miguel Rabanal
Las ‘Postrimerías’ de un escritor. El autor leonés Luis Miguel Rabanal publica 'Postrimerías’, el libro que supone su despedida definitiva de la literatura, a pesar de que tiene obras inéditas.
Hasta nunca o hasta siempre. Retirada en cualquier caso. Luis Miguel Rabanal (Riello, 1957) ha escrito desde el dolor, con intensidad y con la lucidez de alguien que está dispuesto a irse en cualquier instante. Su poesía esta cargada de fatalismo y sufrimiento por una vida condenada y no elegida.
Hace nueve años publicó la que parecía su despedida literaria, Este cuento se ha acabado, donde reunía casi cuatro décadas de poesía. Ahora recoge en Postrimerías (Eolas Ediciones) los tres libros que vieron la luz tras Este cuento se ha acabado: Los poemas de E. Cluck (2017), Matar el tiempo (2018) y Que llueva siempre (2020).
Esta vez el autor leonés afincado en Asturias habla de «punto final». Postrimerías, editado en la colección Serie Azul de Metileno, cuenta con un prólogo muy clarividente de Sergio Fernández Martínez y dos epílogos emocionados de Rafael Saravia y Alberto R. Torices.
Como explica la contraportada del poemario, Postrimerías «se articula en distintos episodios de extraña percepción ante un mundo, raro en sí, que adolece de otras certidumbres cercanas al poeta, fastidioso agrimensor del tiempo tal vez, porque al fin de cuentas, la poesía, la poesía de la última época de Luis Miguel Rabanal al menos, no es más que una manipulación continuada de la verdad, de la inocencia y del dolor».
Pese a la claudicación del escritor —lastrado por una larga enfermedad—, lo cierto es que Rabanal no puede dejar de ser poeta ni abandonar, por mucho que se lo proponga, el hábito de la escritura. De hecho, el autor de Obdulia azul confiesa que tiene libros inéditos. «Este es el adiós definitivo, porque, aunque hay libros inéditos de sobra, quedarán inéditos para siempre; no me importa», asegura. No se siente con fuerzas para una entrevista. Solo aclara que los tres libros reunidos en Postrimerías «han sufrido mínimas correcciones, pequeños cambios, muy poca cosa».
La esencia de las cosas
Directo, sencillo, humilde, trascendente, con un punto tierno, algunas dosis de ironía y una sinceridad que puede resultar brutal, el autor ha despojado los textos de cualquier artificio innecesario para ir a la esencia de las cosas.
Rabanal, que se define como «poeta y tetrapléjico y republicano y apóstata», ha confesado en alguna ocasión que su poesía es tan breve como intensa «por extrema necesidad. Ya no dispongo del tiempo necesario para alargarme más de la cuenta, como hacía de joven con cierta vehemencia. Además, lo prefiero así». En algunos poemas describe de manera descarnada su agotamiento vital. En Que llueva siempre hace un repaso al largo invierno de su vida, la dura historia de un «personaje que tose desde su silla ensangrentada», en un confinamiento que dura ya más de 26 años. En ese poemario declara que «ahora es el tiempo de merecer, sin más ni más, la muerte...».