Los efectos especiales de Luis Mateo
El CLA acoge la exposición ‘Vivir contando’, dedicada al premio Cervantes leonés
El presidente de la Diputación propondrá la Medalla de Oro de la Provincia para el escritor
«La concesión del Premio Cervantes conlleva una exposición sobre tu mundo. Ha sido uno de los tragos de más difícil digestión, porque no me veía como objeto de exposición», confesó ayer el escritor y académico leonés Luis Mateo Díez en la inauguración de Vivir contando, una muestra dedicada a la vida y obra del creador de Celama, que viaja a León desde la Universidad de Alcalá de Henares.
El Centro Leonés de Arte (CLA) acoge una selección de efectos personales y especiales que permiten adentrarse en el universo de Celama y las Ciudades de Sombra, habitadas por unos personajes desarraigados, frágiles e inocentes, una suerte de héroes del fracaso.
Es una exposición de rincones. Están los del desván de su infancia en Villablino, los de los afectos familiares, también una esquina dedicada a «Don Floro» —el padre del autor de Mis delitos como animal de compañía—, los rincones de su hermano Antón, al que acaba de dedicar un libro y que siempre ha sido su «cuidador» y los territorios de sus libros y películas; sin olvidar a Sabino Ordás, el maestro apócrifo que crearon Mateo, Merino y Aparicio siguiendo el consejo machadiano de Juan de Mairena: «Si no tenéis maestros, inventadlos». Y también los rincones «de los tiempos y las edades en que fui escribiendo».
El Palacete de la avenida Independencia reúne una vida contada en fotografías, retratos, carnés, caricaturas, medallas, manuscritos, cartas, primeras ediciones de sus libros, el sillón en el que ha leído a otros grandes de la literatura, la máquina con la que escribió La fuente de la edad, el título que le acredita como académico del sillón I y un cuadro que recuerda a los que le precedieron en este asiento de la RAE: Ramón y Cajal, Gerardo Diego o Claudio Rodríguez. Y textos, elegidos por el propio Luis Mateo y el comisario de la exposición, el periodista Jesús Marchamalo, como en el que confiesa que jamás comienza una novela sin tener decidido el título.
«Mi vida no es extraordinaria, pero sí llena de acompañamientos», aseguró el autor de El expediente del náufrago. Para «un viudo octogenario», explicó el escritor, al que no le preocupa la reiteración pero sí la repetición —momento en el que dejará de escribir— los premios, como el Cervantes, han sido «señales que te dan desde fuera». Pero «el mayor aliciente son los lectores cómplices y muy fieles que he tenido».
El presidente de la Diputación de León, Gerardo Álvarez Courel, encargado de inaugurar la exposición, que contó con la presencia del director para las Artes y la Cultura de la Universidad de Alcalá, el leonés José Raúl Fernández del Castillo, anunció que el próximo pleno de la institución provincial aprobará la concesión de la Medalla de Oro de la Provincia a Luis Mateo Díez por «ser un leonés comprometido y un maestro de las letras». «Su obra es profundamente leonesa y universal», destacó.
Siempre acompañado de su hermano Antón, artista plástico y fotógrafo a quien el ILC dedicará próximamente una exposición monográfica, Luis Mateo Díez se mostró encantado de poder inaugurar esta muestra en el seno de una institución, la Diputación Provincial, a la que tanto él como su familia han estado muy vinculados.