Diario de León

El coro de San Marcos casi no suena en León

Una obra maestra oculta. El coro de San Marcos, la gran joya del edificio plateresco, es prácticamente desconocida por el gran público, porque no se enseña. Este tesoro de nogal del siglo XVI será restaurado dentro de las obras de rehabilitación de la iglesia, que permanecerá cerrada durante un año.

El coro de San Marcos, que no está abierto al público. ARCHIVO

León

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Seis años después de la restauración de la fachada de San Marcos, los andamios volverán a la joya del Plateresco. Entonces quedó pendiente la iglesia, aunque el titular de todo el edificio y no solo del Parador es Turespaña. En agosto salieron a licitación las obras de conservación de la fachada principal y las laterales de la iglesia, la sillería del coro y la reparación del suelo del claustro, por valor de 1,6 millones de euros, con cargo a los fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia-Next Generation.

El día 16 de este mes se cerró el plazo de presentación de ofertas y, según el calendario establecido, las obras, con una duración de un año, se adjudicarán el día 30. La directora del Parador de León, Ana Domínguez, no das más información que la que está disponible en la plataforma de contratación del Estado, mientras que el párroco de la iglesia, José Luis Díez Puente, asegura que no le han comunicado cuándo empezarán las obras. De momento, ha cancelado todas las bodas sine die.

Una restauración Dañina

La iglesia sufre los mismos males que el resto de la fachada de este antiguo convento, solventados en la rehabilitación de 2018. Los análisis previos determinaron que la piedra está muy deteriorada como consecuencia de nefastas restauraciones de finales del siglo XX. Una restauración letal llevada a cabo en 1997, en la que se aplicó una pátina de color para disimular la suciedad, en lugar de limpiarla, estaba destruyendo la joya del plateresco. Además, faltaban numerosos elementos pétreos, especialmente en las cornisas. Actualmente, la fachada de la iglesia luce con una tonalidad más oscura a la del Parador, a la espera de que la restauración las deje igualadas.

Juan de Orozco habría sido quemado en la hoguera si la Inquisición hubiera descifrado su gran relieve en la fachada de la iglesia San Marcos, en una época —principios del siglo XVI—, en la que el Santo Oficio ya había arrojado a las llamas a más de 2.000 personas. Sin duda, fue un artista valiente, que se atrevió a ‘infiltrar’ en un templo católico una herejía. El investigador y miembro de la asociación en defensa del Patrimonio Promonumenta David Gustavo López, ingeniero aeroespacial de profesión, descubría recientemente la simbología ‘prohibida’ de San Marcos. En su opinión, se trata de un caso insólito para esa época.

El gran desconocido

Si este relieve ha pasado desapercibido durante siglos, pese a estar a la vista, el coro es el gran desconocido. En 1995 Paradores decidía abrirlo temporalmente al público, tras ser restaurada la sillería. Se trata de una obra maestra del siglo XVI en la que trabajaron artistas de la talla de Juan de Juni, Juan de Angers y Guillermo Doncel. Fue un encargo de la Orden de Santiago para sus canónigos.

La sillería fue terminada en 1542, según consta en una inscripción del coro bajo. Hay 41 sitiales, con sus misericordias, y 49 tableros con relieves de cuerpo entero. En el coro alto están representados los apóstoles y los padres de la Iglesia, mientras la sillería del piso inferior está decorada con armaduras en el medallón. Esta magna obra en madera de nogal tardó en ejecutarse cinco años.

Los futuros trabajos de restauración incluirán además la iluminación monumental del exterior y la restauración del retablo. La iglesia de San Marcos no luce su retablo original, sino uno del siglo XVIII. Del primitivo no se sabe cuál fue su destino; únicamente, que fue llevado a Extremadura, cuando el convento fue trasladado temporalmente allí.

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