El resplandor literario de Vicente Muñoz
Underdog Ventures reedita ‘Películas que erizan la piel’, 213 reseñas de cine de los «terrores favoritos» del autor leonés
Amplia panorámica
Casi siempre hay un buen resplandor aunque venga de lo underground en todo lo que hace Vicente Muñoz Álvarez, escritor leonés que viaja en los márgenes de la literatura local de relumbrón pero que asoma con trabajos que le ponen en el mapa tanto de su generación como del resto. Regresiones es un buen ejemplo. Y luego sus facetas de poeta o novelista. Pero del libro que viene a hablar hoy es Películas que erizan la piel . Es decir, cine, que, por otra parte, es otra de sus pasiones, o tal vez la más cotidiana, porque no todo el día se puede estar escribiendo libros o leyéndolos. Su sala de cine es su salón, cuenta, y en él disfruta de sus «terrores favoritos», como él mismo dice emulando a Chicho Ibáñez Serrador.
En Películas que erizan la piel Muñoz Álvarez retoma este ambicioso proyecto que contaba con doscientas reseñas de películas de terror, míticas, de serie B, más acertadas o fallidas y de todo pelaje, y le suma casi una veintena más para inaugurar Underdog Ventures, una editorial de nuevo cuño, regentada por expertos, eso sí, que reclamaron del leonés ser el primer autor que publicara bajo el sello. «Es un honor que te llamen para algo así. Estoy muy agradecido. La verdad es que yo soy un escritor que no se ha comido mucho, pero siempre he tenido un trato muy bueno por parte de los editores. Ahora me han ofrecido esta oportunidad de recuperar un libro que ellos conocían de su otra editorial y que creo que puede interesar como libro de fondo. De culto. Además, hemos aprovechado para ampliar las reseñas. También tiene cuarenta fotos a todo color de carteles de las películas. Y una portada y diseño que creo que está muy bien», relata el también autor de Mi vida en la penumbra .
En cuanto al contenido, Vicente Muñoz ha querido ofrecer una panorámica del cine de terror que se ajuste a sus propias características. Por supuesto que hay títulos incontestables e imprescindibles, pero la propia naturaleza del género demanda, para que el libro sea significativo, títulos de serie B, poco conocidos y que solo los muy cafeteros del terror conocen. En el caso de Muñoz es una garantía puesto que a su condición de cinéfilo empedernido suma su pasión por aquellas películas ‘de miedo’ y que él ha escudriñado hasta conseguir lo que resume a la perfección: «Creo que es el libro que me hubiera gustado encontrar hace 30 años. Hay una buena criba entre todas las que he visto. Y he buscado por todos los lados títulos que hace años serían imposibles de encontrar. El género de terror, tanto en cine como en literatura, siempre ha estado entre mis favoritos», relata.
Así, está El resplandor, como no podía ser menos. Pero desde La caída de la casa Usher , cine mudo de terror de los años 20, a La matanza de Texas , uno de los filmes de cabecera del escritor leonés, el repertorio es amplio y diverso.
«Vicente Muñoz Álvarez, en su brevedad, más necesaria hoy que nunca, condensa ese punch-line constante que ofrece sin necesidad de vivir en las redes sociales. Aglutina en este texto —recorrido esencial por muchas de las caras menos conocidas de la cinematografía mundial— la visión personal con el análisis más profundo, a veces cáustico, de una serie de piezas dignas de revisión, de alabanza, de enfatización y de recuperación para el imaginario popular», señala en el prólogo Jorge González del Pozo.
Como enganche, ya el propio Vicente Muñoz propone: «Este manual que tienes ahora en las manos, querido lector, es la tercera entrega de una serie de libros que en los últimos años he ido dedicando al cine de culto, una de mis grandes pasiones. Películas para llevarse al infierno (Eutelequia 2011, LcLibros 2018) y Películas para la penumbra (Excodra 2015, LcLibros 2018) fueron los dos primeros, y en ambos di buena cuenta de muchos de los filmes que, por uno u otro motivo, a lo largo del tiempo más me habían impactado. No exactamente, como ya en su día dejé claro, los que yo considero los mejores de la historia del cine, sino otros mucho menos conocidos (no sé si mejores o peores: juzgad vosotros mismos) que es también necesario y justo reivindicar».