Pepón Nieto llega a León con el caos gamberro de Shakespeare
‘La comedia de los errores’, dirigida por Andrés Lima, llenará el Auditorio
Lugar: Auditorio Ciudad de León.
Hora: 20.30.
Entradas: agotadas. Se pondrán a la venta, a partir de las 16.30, localidades de los palcos.
La comedia de los errores arranca con una sentencia de muerte. Pero todo se convierte en una fiesta por error. El montaje, basado en la obra de William Shakespeare, a cargo de la compañía Pentación Teatro, desembarca a a las 20.30 horas en el Auditorio Ciudad de León, con las entradas agotadas (salvo los palcos).
Albert Boronat ha sido el encargado de versionar la obra del conocido dramaturgo inglés y, bajo la dirección de Andrés Lima, Premio Nacional de Teatro y ganador de cinco premios Max, subirán al escenario del Auditorio los actores Pepón Nieto, Santiago Molero, Fernando Soto, Rulo Pardo, Avelino Piedad y Esteban Garrido. Varios de los actores tienen más de un papel que interpretar y es que entre los seis actores hacen el papel de más de 20 personajes.
La pieza transcurre en Éfeso, ciudad griega llena de fulleros, de magos capaces de engañar el ojo, de oscuros hechiceros que trastornan el juicio, de brujas asesinas que deforman el cuerpo, de truhanes disfrazados de charlatanes y pecadores libertinos.
Antífolo y Dromio de Siracusa (antigua ciudad de Grecia ahora sita en Sicilia), amo y criado, llegan a la ciudad buscando a sus respectivos hermanos gemelos. El padre de ambas parejas de palíndromos también llega a Éfeso, siendo detenido por extranjero sin papeles nada más pisar puerto. Por si fuera poco, es condenado a muerte. Solo encontrando a sus hijos podrá salvarse.
Antífolo y Dromio de Éfeso (antigua ciudad de Grecia ahora sita en Turquía) viven en la ciudad siendo confundidos con sus hermanos siracusianos. Luciana y Adriana, parejas de estos últimos, son las primeras en confundir a sus maridos con sus hermanos. A partir de aquí, errores con antiguos deudores, joyas en manos equivocadas, deudas no saldadas, van endemoniando a los personajes hasta el punto de necesitar a un exorcista.
Todo se enredará más y más, error sobre error, hasta la aparición de una madre abadesa que ni es monja ni es virgen. Entonces es cuando el desastre se convierte en una fiesta. Lo bueno de esta obra es que los errores se camuflan y, tal y como cuenta Andrés Lima, aunque haya cosas que salen mal lo positivo de la función es que va a acabar en una fiesta.