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«La Catedral de León no se acaba nunca»

Una inspiración de juventud, la ingravidez del gran templo, motivos del arte de Ramón Rodríguez en la Sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés

Ramón Rodríguez observa sus obras en la exposición que tiene hasta finales de mes en la Sala  Ámbito Cultural. DL

León

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Resulta que al pragmático irredento lo que le pone a cien es la ingravidez de la Catedral. Pero esa es otra historia a debatir no en estas líneas. Ramón Rodríguez, artista leonés, delineante de profesión, ha visto el templo leonés desde todos los puntos de vista sin perder la admiración. De ahí vienen gran parte de sus obras que expone ahora hasta final de mes en la Sala de Ámbito Cultural de El Corte Inglés. Son cuadros hechos a toda precisión, a plumilla y tinta china, a mano alzada, en un ejercicio de constancia tanto en la obra como en su conjunto en donde, junto a otras temáticas, ha encontrado a la mejor compañera de baile como cómplice: «La Catedral no se acaba nunca», dice, dejando claro que si buscara otros puntos de vista habría más cuadros. Realmente, la exposición cuenta con algunas obras más, pero puede decirse que Ramón Rodríguez Moreno es un dibujante como una catedral, la de León a ser posible.

«La exposición es un resumen de mi trabajo en el formato a plumilla. El primero que hice fue en 1988, adaptado en el 2007», señala en relación a esta operación de arrastre que supone la exposición en su carrera. Un periplo vital con un inicio curioso: «Mi hermano dibujaba muy bien. Cuando se fue de casa se llevó aquellos cuadros que estaban colgados en las paredes de nuestra casa. Debí pensar: esas paredes vacías las voy a llenar yo», relata.

Ahora llenan la sala de Ámbito Cultural y son de la Catedral en un ochenta por ciento. Aunque también ha pintado y dibujado el Palacio de los Guzmanes, el Palacio Episcopal y otros edificios emblemáticos de León, así como históricos de la talla de Notre Dame.

Por qué pinta la Catedral tiene una respuesta al estilo de ese pragmatismo antes anunciado de Ramón Rodríguez. No esperen encantamientos o enamoramientos. «La Catedral es el edificio por excelencia de mi ciudad. Uno de los góticos más puros del último gótico flamígero. Y es un edificio que flota, que ha tenido múltiples vicisitudes», explica.

A partir de ese planteamiento, unido a la observación en directo y luego en fotografías, pasa a la acción. «He trabajado desde las partes que se ven, que son muchísimas perspectivas. Me gustaría poder trabajar desde las zonas a las que no se puede acceder. O, por ejemplo, dibujar todas las gárgolas, que todas tuvieran su historia y su nombre», remarca.

Si hubiera que delimitar el sitio perfecto de la Catedral para Ramón Rodríguez, él mismo se remonta a un momento personal de esos que se quedan en la retina para toda la vida. «Se me quedó grabado el día que Jesús Fernández del Hoyo (histórico profesor de arte del Instituto Padre Isla) nos llevó a la Catedral y nos dijo que nos enseñaría el sitio mágico del gótico, donde se aprecia la ingravidez de la Catedral», relata. Y añade: «Entras a la Catedral, a la izquierda, más o menos a la altura de las últimas capillas, antes de que empieza la girola, ahí está la magia», afirma, como si por una vez optara por una trascendencia que suele rehuir para observar la vida con la mayor dosis de realismo.

No obstante, este artista a tiempo libre, que siempre matiza que lo suyo es una afición complementaria, y que por supuesto por encima de todo va por libre, muestra otro síntoma de sensibilidad cuando cuenta que le gustaría subastar algún cuadro para la Asociación Contra el Cáncer. Y esta es una afinidad sobrevenida por salud que capea con fuerza y con la generosidad como otra de sus banderas. Puesto que avanza un nuevo proyecto ya en marcha: retratos de leoneses.

Obras de Ramón Rodríguez en la Sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés. DL

Obras de Ramón Rodríguez sobre ojos de animales. DL