El Emperador dejó de reinar hace 18 años

León tenía 80.000 habitantes, una decena de cines y tres teatros cuando abrió sus puertas el Emperador. Hace un mes cumplió 73 años; los 18 últimos, cerrado. El Ministerio de Cultura, que pagó cuatro millones y medio de euros por el edificio, no ha sabido qué hacer con él. Ni siquiera ha sido capaz de restaurar el interior. Por fortuna, aparte de polvo, no sufre daños irreparables. El exterior lo rehabilitó hace años, forzado por el Ayuntamiento, ante el peligro de que se desprendieran elementos ornamentales de la fachada.

Tres presidentes del Gobierno, cuatro alcaldes y nueve ministros de Cultura han sido incapaces de reabrir el Emperador. Los regidores siempre han mostrado interés en que el Emperador sea municipal, pero lo querían completamente rehabilitado y nunca desvelaron cómo iban a mantenerlo ni qué cuantía destinarían para la programación cultural.

José Antonio Diez, desde que llegó a la Alcaldía, no ha dejado de prometer un acuerdo con el ministerio titular del Emperador. En diciembre de 2022 anunció el compromiso de Cultura para destinar una partida del 1,5% cultural para la rehabilitación de un edificio cuyo interior lleva años sin ver una mano de pintura. En marzo del año pasado el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) y el de Cultura acordaron destinar el 2% cultural al proyecto, que contempla la adecuación del edificio a la normativa de accesibilidad, así como actuaciones en cubiertas, escenario y foso de orquesta, y la restauración de mobiliario. A finales de año debería estar concluido el estudio técnico que servirá como base para el proyecto de rehabilitación. Sin embargo, en junio, el propio alcalde denunció la parálisis del Emperador y culpabilizó directamente al ministro de Sumar Ernet Urtasun.

Entre tanto y ante la ineficacia administrativa, la Asociación Nacional de Amigos de los Teatros Históricos de España (Amithe) y la asociación Amigos del Teatro Emperador se puso al frente de una ciudadanía poco propensa a las protestas. El arquitecto de Amithe es el leonés Alejandro Conty; y Goyo Álvarez Barriales es el portavoz de la plataforma que recogió firmas y convocó protestas a las puertas del Emperador, edificio inaugurado en 1951, diseñado por Manuel y Gonzalo de Cárdenas y Francisco J. Sanz.

También dirigieron escritos al Defensor del Pueblo y al Ministerio de Cultura. Amithe elaboró un estudio sobre la situación del edificio, costes de la restauración y soluciones para su gestión.

Una historia muy teatral

El Emperador, cerró sus puertas el 31 de octubre de 2006 con la proyección de la película Cinema Paradiso, ha tenido una historia absolutamente teatral y, de momento, con final trágico. 

Su construcción fue un proyecto tan colosal que los promotores se arruinaron antes de concluir el edificio. La constructora Gargallo lo compró para pasar a los pocos meses a manos de la Elde (Empresa Leonesa de Espectáculos), que llegó a tener otras nueve salas en la ciudad y 178 empleados. Con capacidad para 1.300 espectadores, una majestuosa escalera, una espectacular lámpara de araña y un coqueto ambigú, el Emperador alzó el telón con la revista Sueños de Viena, de la Gran Compañía de Kaps y Johan, los Vieneses. 

El teatro debe su nombre al monarca Alfonso IX, tras una votación popular. Ha albergado acalorados mítines de todo el arco político y por su escenario han desfilado grandes ballets, óperas, compañías de teatro, divas de la ópera como Ainhoa Arteta, Victoria de los Ángeles o Barbara Hendricks; y artistas como Marisol, Raphael, Serrat, Aute, María Dolores Pradera, Amancio Prada, Martirio, Eva Yerbabuena, Lola Herrera, Carmelo Gómez, Sara Baras, Camela, Sabina, Michel Camino y Tomatito, Tip y Coll, Los Chicos del Coro, Café Quijano, Álex Ubago, Antonio Gades, Isabel Pantoja, Lina Morgan, Lola Flores, El Brujo, Manolo Escobar, Carlos Cano, Els Joglars o Víctor Ullate. La lista es interminable.