Diario de León

DIVERTIMENTOS MEDIEVALES

Cuando la Catedral de León fue un ‘templo del juego’

La Virgen del Dado, vidrieras de jugadores y la existencia de alquerques en el claustro pruebran las ‘aficiones’ de los canónigos

Vidriera de la Virgen del Dado. A la derecha se ven los jugadores. JESÚS F. SALVADORES

León

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La Catedral de León no era solo un lugar oración, sino también de juego. Y hay pruebas. Han quedado grabadas para siempre en piedras y vidrieras. En las capillas de la Catedral hay un sorprendente número de estatuas y vitrales de jugadores de dados. Fue tal la pasión por este juego que trascendió al folclore, como la leyenda que da nombre a la Virgen del Dado. El nombre alude a un milagro: un soldado del tercio de Flandes, jugador y borracho, una noche de mala suerte arrojó los dados a la Virgen e impactaron en la frente del Niño, que comenzó a sangrar. El militar pidió perdón y prometió dejar las apuestas.

En 2008, Juan Carlos Campos, el descubridor de buena parte de los petroglifos de la Maragatería, encontró en la Catedral leonesa diez de tableros de alquerque —precursor del ajedrez y las damas, que se juega con un tablero sobre rayas y doce peones—. La mayoría obedecen al clásico diseño del alquerque de doce (también existen las variantes de tres y nueve). Casi todos se encuentran en el claustro, en lugares soleados, sobre grandes losas de piedra, que servirían a un tiempo de asiento y de tablero de juego. También han aparecido en bancadas de piedra encima de las cuales reposan sepulcros o estatuas.Llama la atención que el único hallado en el interior de la Catedral está detrás del altar mayor, en un escaño a la izquierda de la tumba de Ordoño II, grabado en una gran losa de unos 114 centímetros de largo por 43 de ancho. Resulta difícil determinar si los alquerques fueron tallados por los maestros canteros del templo —que pasarían las horas muertas echando partidas— o por los canónigos de la Catedral.

El rey Alfonso X El Sabio describe en su obra Juegos diversos de axedrez, dados y tablas (1238) este juego milenario, muy popular en la Europa medieval, considerado el ‘padre’ del juego de las damas, que es una adaptación del alquerque al tablero del ajedrez. Usando un mismo tablero, las formas de jugar son diversas: alquerque de doce, cercar la liebre —todas las fichas persiguen a una— o el alquerque de nueve, que se iuega con dados.

El claustro es un damero

En 1992 el cineasta norteamericano Stanley Kubrick se interesó por rodar una película sobre los templarios y el ajedrez. Embarcado en otros proyectos, al director de La chaqueta metálica, El resplandor, La naranja mecánica o 2001: una odisea en el espacio, la muerte le sorprendió antes de poder rodar el filme. El periodista leonés y maestro de ajedrez Miguel Ángel Nepomuceno fue quien le contó que el claustro de la Catedral es un perfecto tablero de ajedrez de ocho por ocho casillas, le relató la leyenda del juego de ajedrez y la Virgen del Dado y sobre la maldición del ajedrez de San Genadio.

En su libro The history of alquerque-12. Spain and France, el hispanista Govert Westerveld demuestra, gracias a los tableros hallados en la Catedral de León. que España inventó el alquerque y también las damas --y no Francia--. Dedica un capítulo de quince páginas y una veintena de fotografías a los alquerques de la Catedral de León. El investigador holandés afirma que hay una estrecha relación entre los eclesiásticos y los guerreros con el juego del alquerque, quizá «porque eran los que más tiempo libre tenían», de ahí que la mayoría de los tableros hayan aparecido en ermitas, iglesias y catedrales. Westerveld sostiene que las damas nacen cuando se trasladan las fichas y reglas del alquerque de doce a un tablero de ajedrez.

La vidriera de Nicolás Francés

La Virgen del Dado no solo decora la portada norte de la Catedral. El conjunto no es visible desde el exterior, sino únicamente desde el claustro. Consta de una sola puerta denominada de la Virgen del Dado, realizada en la última década del siglo XIII. Sobre la puerta de entrada al claustro está la vidriera que representa a la misma virgen. Hay cuatro personajes sobre un tablero y uno de ellos está arrojando los datos. El dibujo es obra del gran artista Nicolás Francés, mientras que los maestros Valdovin y Anequin la llevaran a cabo, según consta en documentación de 1454 del Archivo Catedralicio.

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