Dos nuevos museos para León

Representan el pasado y el futuro. El Museo de León, que recoge un valioso legado histórico, y el Musac, que albergará las últimas tendencias del arte, están actualmente en plenas obras. Ambos dependerán de la Junta y abrirán sus puertas en el 2004, para convertir a la ciudad, en palabras de Amilivia, en capital de la cultura. A lo largo del año que acaba de comenzar deberá finalizar la construcción del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León; en concreto, en la próxima primavera, aunque los contenidos son todavía un enigma, pese a que el recién nombrado director, el manchego Rafael Doctor, ha adelantado que no tiene nada en común con los grandes museos de arte moderno del país, puesto que pretende renovar, incluso, el concepto de museo. El edificio del Musac, presupuestado en 27 millones de euros (4.500 millones de pesetas), ha sido diseñado por los arquitectos madrileños Luis Mansilla y Emilio Tuñón, autores también del Auditorio. Doctor trabaja actualmente en catologar y valorar los fondos artísticos propiedad de la Junta, aunque su intención es «partir de cero» e ir adquiriendo obras nuevas una vez que se inaugure el museo. Sin embargo, la Consejería de Cultura no ha fijado aún una asignación anual para la compra de obras de arte ni tampoco ha dado a conocer el presupuesto anual del Musac. En el edificio Pallarés, que la Diputación vendió el año pasado al Ministerio de Cultura por nueve millones de euros (algo más de 1.400 millones de pesetas), prosiguen, desde 1994, lo que parecen unas obras «interminables». Aún resta por acometer un tercio de la reforma interior para adaptar el inmueble -de 5.700 metros construidos- a su nuevo destino, la sede del Museo de León. Igualmente, falta por ejecutar el proyecto museístico, aunque, como afirma Luis Grau, director de este museo, «no hemos perdido el tiempo». Durante el último año se han llevado a cabo numerosos «preparativos», como el control de todos los fondos y la restauración de numerosas piezas, muchas de las cuales no se han podido mostrar hasta ahora por falta de espacio. Los «tesoros» del Museo de León están repartidos entre San Marcos y el caserón de Sierra Pambley u ocultos y embalados en cajas. Y es que todas las piezas procedentes de las excavaciones arqueológicas de León -miles cada año- van a parar a este museo. El sotano del edificio diseñado por Cárdenas en 1922 se destinará a almacén de las colecciones -aunque habrá una parte visitable-, el lapidario y la cripta arqueológica; en la planta baja tendrán cabida las exposiciones temporales, se ubicarán los servicios de información y atención al público, un área didáctica y la llamada «área cero» (sobre el medio físico); en la primera planta se instalarán las piezas correspondientes a la prehistoria, a la conquista romana, a la antigüedad y a la Edad Media; la segunda planta albergará los objetos de la Edad Media, del Humanismo, la Edad Moderna y el mundo contemporáneo; finalmente, la tercera se dividirá entre la zona administrativa y de investigación, el archivo documental, la biblioteca y el laboratorio y taller de restauración. Esta distribución no encajaba con el proyecto inicial diseñado por el arquitecto Andrés Lozano para Pallarés, que había previsto un gran salón de actos que, finalmente, ha sido «anulado». El 2003 será, por tanto, un año de transición y obras, el preludio de esa ciudad cultural cuyos ejes fundamentales serán el Museo de León, el Musac y el Auditorio.