El vitalismo de Mal Pelo

Durante más de diez años, los trabajos de creación de Mal Pelo se han caracterizado por ser procesos de autoría compartida por Pep Ramis y María Muñoz. Compartir el hecho creativo que, a menudo, es un hecho individual, les ha dado nuevas herramientas y perspectivas para crear ese contexto subjetivo desde el cual poder plantear sus ideas. L''animal a l''esquena, con el que hoy se presentan en León, es un proyecto que comenzó en el 2000 con la presentación de una exposición y la edición de un libro, planteados como una revisión y reflexión sobre los diferentes temas que han alimentado esencialmente el trabajo artístico del grupo. La trayectoria de Mal Pelo va desde sus primeros espectáculos de pequeño formato, Quarere, Lucas o Sur, en los que daban a conocer un estilo marcado por el tono intimista y la sencillez de la puesta en escena, hasta sus últimas apuestas, La calle del imaginero, Orache y El alma del bicho, en las que han abierto sus puertas a una mayor riqueza expresiva y de movimiento. En sus diversos trabajos escénicos no hay lugar para la pirueta espectacular o el juego más o menos efectista, sino para el reflejo aparentemente espontáneo de una reflexión rigurosa en torno al ser humano, sus relaciones, sueños y vivencias cotidianas. Sus alegrías y miserias contempladas, las más de las veces, desde esa tierna ironía de quien sabe de su fragilidad y no trata de esconderla tras la luminaria de un escenario. Un mundo habitado por seres de carne y hueso donde a menudo realidad y ficción se confunden; un insólito lugar de encuentro para el pensamiento y la imaginación. Para el espectador, la danza es una vivencia física inmediata, pero su poesía es compleja, le hace falta extenderse en el tiempo para poder ser aprehendida profundamente, yendo más allá de una primera lectura. Para el bailarín, la danza es la urgencia de empezar a soñar sentida en el cuerpo, es el movimiento que emerge con fuerza, son las imágenes que se precipitan buscando un contexto que las anime. Para el creador, la danza es un lenguaje amplio y asociativo que, al concretarlo, le da un contexto desde el cual puede expresar sus inquietudes, sus temas a modo de preguntas. El movimiento se aprovecha de la propia poesía del cuerpo que está habitado por el tiempo. Su trayectoria se inicia en enero de 1989. Ramis y Muñoz forman el grupo y desde entonces han presentado los siguientes trabajos: Quarere (Bélgica, 1989), Cantal (Barcelona, 1990), Lucas (Francia, 1990), Sur, Perros del Sur (Francia, 1992), Canción para los pájaros (Londres, 1993), La mirada de Búbal (Bélgica, 1993), Recuerdos de Chera (Madrid, 1994), Dol (EE.UU, 1994, Zarco (Barcelona, 1995), La calle del imaginero (Alemania, 1996), Canción de Bernabé (Italia, 1997), Orache (Barcelona, 1998), El alma del bicho (Barcelona, 1999) y L''animal a l''esquena (Barcelona, 2001).