Diario de León

El museo vizcaíno recibió 70.000 visitantes menos en el 2002 con respecto al año anterior, un descenso que su director atribuye a los efectos del 11-S

El Guggenheim pierde fuelle

El director de la pinacoteca vasca, Juan Ignacio Bidarte

El director de la pinacoteca vasca, Juan Ignacio Bidarte

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Efe - BILBAO.

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El Museo Guggenheim Bilbao recibió durante 2002 un total de 851.628 visitantes, lo que supone un descenso de 70.000 personas respecto al año anterior, informó ayer el director general de esta entidad, Juan Ignacio Vidarte. Vidarte ofreció ayer una conferencia de prensa para difundir el balance de la actividad del museo durante 2002 así como para adelantar la programación artística de este año. Respecto al descenso de visitantes, el responsable del Guggenheim lo atribuyó, entre otras causas, a los efectos del 11 de Septiembre en el sector turístico y destacó que, además, dicho descenso se concentró en el segundo trimestre del año, período de tiempo en el que las cifras comparativas del 2001 son especialmente abultadas debido a que se programó la exposición de Giorgio Armani. Resaltó, sin embargo, que en el cuarto trimestre de 2002 se registró una mejoría con un incremento de la afluencia de público cifrado en un 13 por ciento y con un mayor repunte en la época navideña, que acogió a 50.000 visitantes. El director de la pinacoteca bilbaína indicó que, por procedencia geográfica, el descenso de visitantes corresponde al propio País Vasco y el resto de comunidades autónomas españolas, mientras que el número de visitantes extranjeros se mantiene en números absolutos similar al de 2001. Pese a estos resultados, que consideró «positivos», Vidarte aseguró que el museo «no ha tocado techo en lo que a número de visitantes se refiere y mantiene el listón del millón personas como objetivo aunque se trate -precisó- de un objetivo ambicioso y dependa de muchas circunstancias, como un entorno favorable o el tipo de exposición». Sobre las posibles repercusiones de la situación financiera del Museo Guggenheim de Nueva York en la pinacoteca vasca, Vidarte explicó que «ambas entidades somos autónomas financieramente, con lo que los efectos se centrarían en plantear proyectos comunes menos ambiciosos, al disponer Nueva York de menos presupuesto».

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