La musealización del palacio del Conde será simultánea a la rehabilitación
Luis Pastrana elegirá las piezas del Museo de la Semana Santa
Uno de los dos cronistas de la ciudad, Luis Pastrana, director del futuro Museo de la Ciudad -actualmente, estancado- ha sido designado por el Ayuntamiento para dotar de contenido al Museo de la Semana Santa, que se ubicará en el palacio del Conde Luna. El derrumbe de parte del interior del viejo edificio del siglo XIV el pasado 20 de noviembre desató la alerta, tras el trágico desplome del vecino palacio de Don Gutierre. El riesgo que se cernía sobre el inmueble de fachada gótico-mudéjar permitió desempolvar un antiguo proyecto, la creación de un Museo de la Semana Santa, que el pasado año conseguía ser declarada de Interés Turístico Internacional. En los próximos meses, Pastrana deberá realizar el proyecto de musealización, lo que implica tanto la selección de los objetos que se van a exhibir como la distribución de los espacios en el interior del palacio. El trabajo de Pastrana, licenciado en Filosofía y Letras y ex jefe de prensa del Ayuntamiento, será paralelo a las obras de consolidación del inmueble. En una primera fase, el Ayuntamiento invertirá 60.000 euros en arreglos urgentes; básicamente, el desmonte de aquellos elementos que hacen peligrar su estabilidad. El palacio, de 842 metros cuadrados divididos en cuatro plantas, es propiedad de la Fundación Álvarez Carballo, quien ha cedido su uso al Ayuntamiento por 75 años. El coste integral de la restauración del edificio, uno de los últimos representantes de la arquitectura civil nobiliaria de la ciudad, así como su conversión en Museo de la Semana Santa, superará los 2,2 millones de euros, la mitad con cargo al Ministerio de Fomento, a través del 1% cultural; y el resto, entre la Junta y el Ayuntamiento. El anteproyecto de rehabilitación redactado por el arquitecto Mariano Díez Sáenz de Miera fue encargado hace años por la Junta Mayor de Semana Santa y el Consistorio. Monumento nacional y Bien de Interés Cultural, ha tenido múltiples usos, especialmente en los dos últimos siglos: café cantante, funeraria, almacén de frutas... Ha sufrido numerosos accidentes, como la explosión de una bombona en 1976 y el tejado del torreón renacentista se desplomó en 1979. Tampoco ha sido ajeno a las leyendas, como la que cuenta que en él se aparece el fantasma del obispo Rodrigo de Vergara.