En febrero sale a concurso el proyecto para acabar la rehabilitación del edificio
El Museo de León abrirá en Pallarés en diciembre del 2004
Se equivocó con León. La ministra de Cultura, Pilar del Castillo, presentó ayer el Plan Integral de Museos Estatales y, al llegar al punto once del programa de infraestructuras, citó la adquisición del edificio Pallarés como futura sede del Museo de León. En realidad, el inmueble diseñado por Cárdenas en 1922 es propiedad del ministerio desde finales del 2001. «Pero si nos vuelven a pagar Pallarés, a mí me parece estupendo», bromeó ayer el leonesista Luis Herrero Rubinat, contrario en su día a la venta de Pallarés por 8,5 millones de euros, al considerar que la operación era «ruinosa» para la Diputación. El Museo de León, cuyos fondos se encuentran actualmente desperdigados entre San Marcos y el caserón de la calle Sierra Pambley, abrirá sus puertas en la nueva sede en diciembre del 2004. Entre tanto, deberán concluir las interminables obras que comenzaron en 1994. En febrero saldrá a concurso el proyecto arquitectónico para finalizar la rehabilitación y adecuación de Pallarés como museo. El ministerio ya ha previsto invertir este año 1.100.000 euros para la reforma interior. En total, el traslado del Museo de León a la plaza de Santo Domingo habrá costado 10.398.960 euros (1.730 millones de pesetas). Hace días el director del Museo de León, Luis Grau, aseguraba a este periódico que, pese a todo, «no hemos perdido el tiempo». Durante el último año se han llevado a cabo numerosos «preparativos», como el control de todos los fondos y la restauración de numerosas piezas, muchas de las cuales no se han podido mostrar hasta ahora por falta de espacio. Y es que todos los restos procedentes de las excavaciones arqueológicas que se llevan a cabo en León -miles cada año- van a parar a este museo. La distribución del inmueble, de 5.700 metros cuadrados construidos, está perfectamente planificada. El sotano de Pallarés se destinará a almacén de las colecciones (aunque habrá una parte visitable) y albergará también el lapidario y la cripta. La planta baja acogerá las exposiciones temporales y en ella se ubicarán también los servicios de información y atención al público, un área didáctica y la llamada «área cero» (dedicada al medio físico). La primera planta mostrará las piezas correspondientes a la prehistoria, a la conquista romana, a la antigüedad y parte de la Edad Media. La segunda planta exhibirá los objetos pertenecientes también a la Edad Media, al Humanismo, a la Edad Moderna y al mundo contemporáneo. La tercera planta estará dividida entre la zona administrativa y de investigación, el archivo documental, la biblioteca y el laboratorio y taller de restauración. Esta distribución no encajaba con el proyecto inicial diseñado por el arquitecto Andrés Lozano para Pallarés, quien había previsto un gran salón, finalmente, anulado, así como una enorme pared destinada a un mural de Vela Zanetti. Actualmente, el Museo de León es el gran «desconocido», porque apenas ha podido mostrar una mínima parte de sus fondos, muchos de los cuales serán rescatados de cajas y sótanos para ser expuestos al público por primera vez.