Almodóvar defiende a Marisa Paredes y pide al Gobierno que «escuche» al país
El director cinematográfico Pedro Almodóvar ha mostrado su solidaridad con la presidenta de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, Marisa Paredes, «en absoluto responsable de un delito que no se cometió», durante la gala de los Premios Goya. En una carta publicada ayer en el diario El País titulada La rubia cabeza, el director manchego dice aceptar, sin embargo, «la cabeza del señor Campoy», presidente de la FAPE, que cuando se anticipó a intentar calmar al Gobierno «ofreciendo la rubia cabeza de Marisa no lo estaba haciendo en nombre de los productores, de cuya asociación es presidente, sino a título personal». Pedro Almodóvar considera que la presidenta y el resto de los premiados y presentadores se hicieron eco de una realidad que está en la calle, «e hicieron uso de un derecho esencial: la libertad de expresión». Como espectáculo televisivo, afirma, la gala del sábado puede ser evaluada de distintos modos, «pero lo que es incontestable es la crítica a la política del Gobierno en lo referente a la guerra contra Irak. Los cómicos queremos la paz y se utilizó el medio más idóneo, la primera cadena de televisión, es decir, la televisión de todos». En vez de poner «el grito en el cielo», Almodóvar cree que el Gobierno debería prestarle oído a sus ciudadanos, que, cada vez en mayor cantidad y de un modo inequívoco, «se manifiestan en contra de su apoyo a Bush en este maldito asunto». El director finaliza su carta afirmando que la rubia cabeza de Marisa debe permanecer donde está, presidiendo una Academia que más que nunca «ha expresado la preocupación de la mayoría de los españoles».