«Lo más difícil es escribir de manera coloquial»

Inclasificable. Así se puede definir el libro de David Vara Arribas De amor, cebolla y caramelo que esta tarde se presenta en El Corte Inglés a las 20.00 horas con el apadrinamiento del escritor Pedro García Trapiello. Esta obra «irónica, polémica y divertida», como la define el propio «padre» de la criatura, no es sino un conjunto de relatos cortos cuyo ámbito de desarrollo es la ciudad de León. Y no es, en absoluto, un producto editorial al que podríamos llamar «convencional». Lo cierto es que busca la bronca, el debate, la provocación, y es, pues, arriesgado y diferente. «Habla de temas muy distintos -comenta Vara-; de sexo, drogas, de la pareja y sus infidelidades...». Además, mezcla géneros, «en él hay relatos escritos como teatro, poesía y narrativa». Irreverente y «políticamente incorrecto», en palabras del autor, el libro mezcla también diferentes estilos, diversas formas de escribir, y precisamente de ahí le viene el subtítulo: Rastro a tres voces y coro. Estas tres maneras de contar, presentes en las apenas 140 páginas del libro, son, según David Vara: «Una optimista, otra realista, y otra que se mete con la gente, provocativa». Pero, ¿existe alguna hilazón entre este cúmulo de textos ágiles, afilados y rebeldes? Vara dice que sí, «existen personajes que se repiten, ambientes parecidos, metáforas similares, en general, una misma forma de ver las cosas». «Algunos de los cuentos son verdaderas bromas», sugiere el autor, afincado en León desde hace once años y para quien -asegura- lo más difícil que le ha resultado ha sido «eliminar todo ese estilo literario recargado, ampuloso y pedante que asociamos al hecho de escribir bien». Redactar de manera coloquial, directa, más cercana al lector, ha sido su máxima prioridad, algo que, desde luego, no es nada fácil. «El libro se lee rápidamente, pero también aguanta una lectura atenta». «Intento escribir con naturalidad, como quien habla con un amigo». Aunque éste es su primer libro, David Vara, de 32 años y diseñador publicitario de profesión, lleva escribiendo desde que era un niño. De hecho, algunos de los cuentos recogidos en este De amor, cebolla y caramelo fueron elaborados hace más de diez años; «retocados, eso sí». ¿Y qué es lo que realmente busca el autor con esta ácida obra? «Sobre todo, divertir a la gente», asegura. Además del talento del escritor, el libro también contiene las creaciones de otro artista; el pintor e ilustrador Luis Miguel Ámez Zapatero, quien también estará presente, hoy, durante la presentación de la obra, editada por Orbigraf y diseñada por la empresa Caracol. La figura de un personaje que deja un rastro de palabras y signos ortográficos y tipográficos, creada por Ámez, es también otro de los elementos que dotan de consistencia y unidad a los relatos. Relatos que se agrupan bajo un curiosísimo título. ¿De dónde procede? A juicio de David Vara, cada uno de los tres términos indica un rasgo propio de los cuentos incluidos: «Amor, porque, como no podía ser de otra forma, la obra aborda el tema del amor; cebolla, porque hay fragmentos que hacen llorar; y caramelo, porque no deja de ser una cosa sencilla y dulce». Es, pues, un libro nacido de la voluntad de sorprender y divertir. Y que no será el último, porque ya prepara un volumen sobre un viaje a Colombia y una novela «de ciencia ficción ambientada en León». Promete.