Amor por el maestro

Un mito de la danza como es Víctor Ullate sube esta noche al escenario del Auditorio algunas de las páginas más hermosas del ballet moderno como El Pájaro de Fuego, de Strawinsky con coreografía de Maurice Béjart, escenografía de Joseline Roustan y Roger Bernard. Como complemento, otras tres obras del mismo coreógrafo, Bhaki III, Shakti, Webern Opus 5, y Siete danzas griegas, con música de Mikis Theodorakis. El precio de las localidades es de 20 euros (platea) y 15 euros (anfiteatro) -agotadas desde hace semanas-. El coreógrafo y bailarín Víctor Ullate nació en Zaragoza, donde estudió con María de Ávila para seguir su carrera profesional con Antonio Ruiz y más tarde con los ballets del Siglo XX, bajo la dirección de Maurice Béjart, compañía con la que permanece catorce años y para la que interpreta solos como los de Phara, Ofrenda Coreográfica, Bhakit, El Pájaro de Fuego, Romeo y Julieta, Ni flores ni coronas. En 1978 Maurice Béjart que considera a Ullate uno de sus bailarines más completos, crea para él Gaite parisienne, basada en su propia biografía, e interpretando el rol del propio Béjart con el que obtuvo un éxito clamoroso. En 1979 es llamado por el Gobierno español, que le encarga la formación de una compañía de ballet clásico que dirige durante cuatro años. En 1983 crea la escuela que lleva su nombre Centro de Danza Víctor Ullate, acreditando su gran talento pedagógico. Su centro de danza es el semillero del que surge el ballet Víctor Ullate, que se presentará con 22 bailarines en el teatro Arriaga de Bilbao el 28 de abril de 1988, obteniendo gran éxito de público y crítica. En 1989 Víctor Ullate obtuvo el Premio Nacional de Danza y en 1996 le fue concedida la Medalla de Oro a las Bellas Artes. En septiembre del año 2000, Víctor Ullate crea la fundación para la danza que lleva su nombre, organización sin ánimo de lucro, que tiene como objetivo y finalidad la promoción y difusión del ballet clásico en todas sus facetas. Su trayectoria ha estado desde sus inicios cuajada de éxitos y su nombre figura ya por derecho propio entre los grandes de la danza española de todos los tiempos. La experiencia vivida con su maestro Maurice Béjart le marcó para los restos, pues no en vano su filosofía de la danza y su absoluto dominio de lo que significa la expresividad al servicio de la plasticidad, le han llevado a crear coreografías innovadoras que han abierto las puertas de un universo totalmente desconocido y original. Su llegada a París para estudiar con el mítico Béjart, abandonando cultura, familia y país le han servido para vivir creando arte desde la más absoluta libertad. En París aprende el joven Ullate un lenguaje coreográfico completamente diferente a las férreas formas de los códigos de la danza clásica o las peculiaridades y el carácter de la danza española y, en su lugar, le exige un ejercicio de introspección personal además de un uso del movimiento corporal absolutamente contrario al que ha sido habitual para él. El esfuerzo, el trabajo continuado y una gran dosis de amor a la profesión le llevaron enseguida a la cima de la danza y durante años Víctor Ullate ha sido el mejor representante del ballet clásico que ha tenido y tiene España.