Diario de León

Presentó en Madrid sus dos obras «A paso de cangrejo» y «Cinco decenios»

Gunter Grass ilumina oscuros episodios de la historia alemana

El escritor alemán Gunter Grass, ayer en Madrid

El escritor alemán Gunter Grass, ayer en Madrid

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Madrid - COLPISA.

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Gunter Grass (Danzing, 1927) se ha propuesto de nuevo iluminar los fantasmas más siniestros de la reciente historia alemana. Derriba de nuevo tabúes con su nueva novela A paso de cangrejo (Alfaguara) abordando la olvidada tragedia del buque Willen Gustloff en la que hubo 9.000 víctimas. El escritor y premio Nobel, que presentaba este libro junto a Cinco decenios, un recorrido por cinco décadas de su creación plástica, se mostró muy crítico con la actitud del Gobierno español ante el ataque preventivo a Irak. Grass ha levantado ampollas en Alemania con su última novela, que vendió 450.000 ejemplares en una semana y en la que reconstruye un trágico episodio bélico y da voz a sus miles de víctimas. Pero en su presentación habló más del ambiente prebélico que de literatura. El premio Nobel de Literatura en 1999 no ahorró críticas al gobierno español y elogió la actitud popular plasmada en la masivas manifestaciones antibélicas. «No podemos entender lo que está pasando si no entendemos el pasado. Hasta hace poco teníamos la esperanza de que con la ONU y col la habilidad de algunos políticos que evitaban los conflictos por vía diplomática, había una esperanza de solución» dice Grass. «Pero ahora, si no queremos volver a esta barbarie de la guerra preventiva, la respuesta ha de ser que no», propone. Dice el traductor de Grass, Miguel Sáenz, que toda su obra se explica en una frase que el escritor pronunció al recibir el premio Príncipe de Asturias de la Letras: «la literatura debe dejar al descubierto el reverso de la historia». Y su nueva novela cumple a rajatabla este requisito, dando voz a las víctimas del mayor tragedia de la historia alemana en el siglo XX. La silenciada muerte de 9.000 personas -entre ellos 4.000 niños- que viajaban a bordo de un buque abatido por un submarino ruso. «Tenemos derecho a hablar de nuestros muertos, de nuestras víctimas, y yo dedico esta novela a aquellas personas que perdieron su vida en los caminos, en la ciudades y en el mar Báltico huyendo de las tropas rusas», asegura. Cree también que no hay que caer en el error del revisionismo que acaba por equiparar la brutalidad de ambos bandos en la segunda guerra mundial. «Existe el peligro de comparar cifras para ver quien cometió más crímenes, pero yo me he preocupado siempre de dejar claro cuál fue el orden de los acontecimientos y de averiguar quien empezó. Y fueron los alemanes quienes expulsaron a los judíos de sus granjas y las repoblaron. Luego la historia cambió y fueron 12 millones de refugiados alemanes los que tuvieron que huir» enumeraba Grass. «El orden es importante y fueron los alemanes quienes empezaron la guerra. Hay que establecer el orden de los acontecimiento para buscar luego las responsabilidades» resume. Y es que cree que la obligación del escritor «es escribir contra el tiempo que pasa» y vencer «la represión del recuerdo».

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