La joven romana de Astorga fue enterrada con una moneda en la boca
Los análisis practicados a uno de los esqueletos de la necrópolis romana hallada el pasado agosto en Astorga desvelan que «se trataba de una joven de 20 años, a la que, después de morir, se le introdujo una moneda en la boca», algo típico en enterramientos familiares, al parecer del siglo II. Así lo aseguró ayer el alcalde de Astorga, Juan José Alonso Perandones, quien se refirió a los restos aparecidos el pasado mes de agosto a las afueras de Astorga, cerca del Camino de Santiago, «donde los romanos solían enterrar a sus familiares para que los peregrinos al pasar hicieran allí su culto». Esta necrópolis o lugar de enterramiento es conocida habitualmente como «de San Andrés». «Los romanos de esta época tenían la costumbre de introducir una moneda en la boca en sus difuntos, a los que enterraban con cerámica y adornos», una serie de objetos que están siendo restaurados para exhibirlo en el Museo Romano de Astorga, posiblemente a finales de marzo, según dijo el alcalde. En el museo se mostrará el sepulcro y el esqueleto de la joven, unos restos óseos que están siendo analizado por un equipo de investigadores, quienes tratan de descubrir de qué murió esta chica de 20 años y en qué circunstancias se produjo el fallecimiento. Hasta ahora se desconocía tanto la edad de la joven como las características de esta joven cuyos restos han causado cierta expectación en la sociedad de la capital maragata. La tumba de la joven fue hallada junto a otras dos que se dejarán enterradas en el mismo lugar donde aparecieron. En este lugar «nunca se habían efectuado excavaciones, ya que todos los trabajos se habían circunscrito al interior de la muralla» de esta ciudad de origen romano, explicó, por su parte, la arqueóloga María de Luz González. Los trabajos se iniciaron el pasado día 7 de agosto en una finca particular de la capital maragata, después de que unos operarios que excavaban una zanja para la introducción del gas natural en el municipio advirtieran de la existencia de una serie de restos arqueológicos en el lugar. «A causa de los trabajos de canalización, los tres individuos, que se hallaban enterrados, sufrieron daños en las extremidades inferiores», explicó la arqueóloga anteriormente citada, quien apuntó que las excavaciones se circunscribieron en una superficie de 56 metros cuadrados. Las investigaciones continuarán para intentar desvelar más datos.