Las cenizas del político leonés serán esparcidas en la provincia el próximo once de junio
Gordón Ordás vuelve a ser presidente honorario del Colegio de Veterinarios
Félix Gordón Ordás, presidente del gobierno de la República en el exilio y destacado político leonés, está recuperando los títulos y distinciones que recib
Si hace unos meses era el Ayuntamiento de la capital el que le restituía su título de Hijo Predilecto de la Ciudad, ahora es el Colegio de Veterinarios de León el que le recupera como presidente honorario de esta institución, título del que fue destituído en noviembre de 1936, y que se le había concedido en junio de 1931. El Colegio forma parte del comité creado para trasladar las cenizas del prestigioso veterinario y activo político leonés desde México, donde murió en el exilio el 26 de enero de 1973. De este comité forman parte también la Fundación Vela Zanetti y el Ayuntamiento de León. A la vez que se le restituyen las distinciones retiradas por la dictadura, avanzan las gestiones para conseguir que, aún después de muerto, se vea cumplido uno de los deseos que con más insistencia manifestó Gordón Ordás: volver, aunque fuera después de muerto, a su tierra leonesa. Los primeros trámites para el traslado desde México se han cumplido, según informa la Fundación Vela Zanetti; que destaca también la satisfacción de la única hija viva del veterinario, Brunilda Gordón Carmona, y de su nieta Consuelo Cano Gordón, por la iniciativa. De acuerdo con el calendario fijado por el comité para el traslado de las cenizas y las autoridades mexicanas, el acto de homanaje se celebrará el próximo once d ejunio, aniversario del nacimiento del político leonés. El Ayuntamiento ofreció inicialmente a la familia la posibilidad de esparcir las cenizas de Félix Gordón Ordás, como había sido su deseo manifestado; o bien ser enterrado en el panteón de hijos ilustres de la ciudad. Su hija ha optado por acceder a uno de sus últimos deseos, y las cenizas serán esparcidas en algún lugar de la provincia o la ciudad. Félix Gordón Ordás nació en León el 11 de junio de 1885, y falleció en Ciudad de México (en cuyo cementerio se encuentran sus restos) el 26 de enero de 1973. Destacado veterinario, contribuyó decisivamente a dignificar esta profesión, y creó varias instituciones veterinarias aún hoy en vigor. Sin embargo, y aunque nunca se desentendió de esta profesión, su pasión por la política, y sobre todo por la República, le llevó a mantener una intensa actividad desde la adolescencia, que mantendría incansablemente hasta el momento mismo de su muerte. Vivió en el exilio desde 1936.