«Recuerdos», la mirada mexicana sobre el exilio de los españoles

Un emocionante filme documental mexicano, Recuerdos, de Marcela Arteaga, indaga con quirúrgica precisión en el oscuro y desolado corazón del exilio posterior a la Guerra Civil española (1936-39). La película, que incluye multitud de entrevistas a sobrevivientes de esa contienda, no se reduce al ámbito geográfico del conflicto y se proyecta a los exiliados de todo el mundo que por diversas razones deben abandonar sus países. La cinta fue presentada este fin de semana en la Muestra de Cine de Guadalajara, que se celebra en esta ciudad del oeste de México hasta el próximo día 27 y tiene a Chile como país invitado de honor. Recuerdos es un doloroso recorrido por la historia del siglo pasado, tomando como eje narrativo la vida de Luis Frank, un cineasta que sobrevivió a tres guerras y que, nacido en el centro de Europa, terminó su vida en México. La infancia, la guerra, la emigración, la búsqueda y, por fin, la tierra prometida, es la secuencia por la que pasa el protagonista de esta historia y por la que intentan transitar también todos los que le siguen y le precedieron. Pero las cosas no son tan fáciles y el desgarro que se siente en la partida se multiplica a lo largo de un camino al borde del que acecha la desolación y la muerte. Rupturas y vacío La cinta mexicana es, asimismo, la historia de unos seres humanos cuya vida estuvo condicionada por las rupturas y el vacío y que recorrieron el mundo en busca de una ilusión. En toda la película está presente la idea de que la felicidad es muy breve en la vida de un hombre y que la mayoría de sus recuerdos se refieren a hechos tristes o dramáticos. Uno de los elementos más interesantes de la cinta es una fotografía de gran calidad, a cargo de Celina Cárdenas, que expresa de una manera muy convincente la atmósfera dramática que anima la historia. El documental incluye más de 20 entrevistas con otros tantos testigos de la Guerra Civil española y de la Segunda Guerra Mundial que la siguió. Marcela Arteaga ingresó al Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) de México en 1987. Su cortometraje de tesis, «Del otro lado del mar», fue premiado en el New York International Student Film Festival en 1996 y obtuvo el segundo premio en el Festival de Cine de Cancún (México) y una mención en el de Karlovy Vary (República Checa). Colaboró en varios proyectos con los cineastas mexicanos Carlos Carrera, María Novaro y José Luis García Agraz. En el año 1998 recibió un apoyo de la Fundación Rockefeller para el desarrollo del proyecto Recuerdos.