Las marionetas de Fantasía en Negro en el Emperador
«Si tienes un papá mago...»
La influencia que, inevitablemente, ejercen padres y madres sobre sus hijos es cuestionada con sencillez y agudo sentido crítico en el texto de Gabriela Keselman Si tienes un papá mago...., una reflexión sobre la importancia del rol paterno que hoy, a las 12.00 del mediodía, será escenificada sobre el escenario del Emperador por la compañía Fantasía en Negro Teatro. Una convocatoria destinada al público infantil, cuyo precio de entrada es de un euro. La técnica de luz negra, una iluminación que a todos nos resulta familiar ya que estamos acostumbrados al efecto que produce en pubs y discotecas, es la herramienta principal de un brillante espectáculo que nos habla de las carencias afectivas. El impacto visual de los personajes, marcados por la intensidad cromática y cierto aire de irrealidad, ofrece nuevos modos estéticos para abordar temas universales, como la sobreprotección o el exceso de exigencia, en un contexto lúdico y teatral. Fantasía en Negro Teatro, una compañía que lleva más de doce años de andadura artística a bordo de obras como Brujas, brujas, Tragasueños, La aventura peligrosa de una vocal presuntuosa o El regalo, es un inquieto colectivo artístico formado por una veintena de profesionales, que centra su propuesta en el mundo de los afectos infantiles, creando unas propuestas escénicas marcadas por la sintonía y la creatividad. Para la puesta en escena de Si tienes un papá mago... se requiere la intervención de seis voces, Paloma Escola, José Padilla, Marta García, Amelia Jara, Adelaida López y Sandra Jara; y cinco actores-manipuladores, Mª Teresa García, Carmen Callejo, José Luis Elvira, Mónica Llorente y Víctor Morquillas, este último, director también del espectáculo. Valores como la solidaridad, el esfuerzo, la comunicación, la tolerancia y los sentimientos pacificistas, presiden una propuesta nacida con vocación educativa y formativa, que huye de la sensiblería y la moralina fácil. El personaje de Chiqui, una niña que sale todas las mañanas de su casa con el semblante sereno y feliz después de despedirse de su padre, es el protagonista de una historia que centra la atención en aquellos niños que llegan al colegio serios. El secreto de Chiqui y su padre es el pistoletazo de salida para dar rienda suelta a un caudal de emoción.