La compañía Ur Teatro presenta hoy en el Emperador su versión de «Luces de Bohemia», de Valle-Inclán, en un montaje dirigido por Helena Pimenta
Una dolorosa travesía por la memoria
El famoso texto de Ramón Valle-Inclán vuelve a los escenarios de la mano de Ur Teatro en una nueva versión, dirigida por Helena Pimenta, que esta tarde se representa en el escenario del Emperador. Una revisión de este clásico de la literatura española en la que volvemos a econtrarnos con el personaje de Max Estrella, un poeta ciego y arruinado que vive sus últimos días mendigando por las calles de Madrid. Luces de Bohemia, una crítica mirada a la sociedad de la época que pone el acento en los aspectos más absurdos y dolorosos, es un completo fresco social que nos remite a unos tiempos en los que más del sesenta por ciento de la población era analfabeta y pasaba hambre. En ese contexto es donde pasea su miseria un hombre que conoció glorias pasadas y que ahora deambula por una ciudad inhóspita y nocturna en busca de unas monedas que puedan paliar las necesidades de su familia. Debido a los numerosos personajes y escenarios que aparecen en la obra, Ur Teatro ha optado por crear una novedosa escenografía que permite a los actores ir pasando de una secuencia a otra con total continuidad. Una opción, en la que se adivina una clara vocación cinematográfica, que permite recrear lugares como la taberna de Pica Lagartos, la librería de Zaratustra o los calabozos del Ministerio de Gobernación. El amplio reparto, un equipo artístico de más de quince personas, se ve en la necesidad de interpretar varios papeles para abarcar la gran galería de personajes que pueblan una historia que nos muestra los rincones más oscuros de la España del siglo pasado. Ramón Barea, Cesáreo Estébanez, Ana Wagener, Pilar Gómez, Iona Ibarzabal y Fernando Ransanz son algunos de los actores que intervienen en un montaje escénico complejo pero marcado por la sobriedad. La intervención de distintos oficios y creatividades han dado como resultado una propuesta artística que combina la osadía con el profundo respeto al autor. Un hombre que trascendió su propia época para alcanzar la universalidad.