El Congreso que cambió la historia de la Catedral

En cinco días, algunos profesores han cambiado por completo la historia conocida de la Catedral de León. Hipótesis, teorías y nuevos datos que requieren ahora del riguroso escrutinio de toda la comunidad científica antes de ser aceptados por completo. El arqueólogo municipal, Victorino García Marcos, rompía el fuego en la primera sesión del Congreso Internacional sobre la Catedral leonesa, celebrado de lunes a viernes en el Auditorio. García Marcos, junto a los también arqueólogos leoneses Fernando Miguel y Emilio Campomanes, ha intentado «reconstruir» las gigantescas termanas romanas que subyacen bajo la seo leonesa. Un gimnasio bajo la Catedral De unas dimensiones mayores a como se creía hasta ahora, los baños diseñados por los romanos tenían, asimismo, un complejo sistema de funcionamiento, para caldear las distintas estancias. Hasta ahora, los investigadores habían buscado la «inspiración» de las termas romanas en Itálica; pero Marcos, Miguel y Campomanes consideran que el modelo más lógico sería el de otros campamentos romanos situados en las fronteras del imperio romano. Si las termas leonesas son análogas a las de Britania y Germania, cabe pensar que aquí también habría una basilica thermarum o palestra cubierta, destinada a ejercicios gimnásticos. Una basílica que contaría con una o tres naves y, más raramente, con dos. La basilica thermarum estaría situada en la zona sur de la Catedral, entre el costado sur y la verja. La edad del templo Un día después de la fascinante revelación de García Marcos, la doctora María Victoria Herráez Ortega, volvía a dejar atónitos a los numerosos congresistas (más de 250), al defender que el templo gótico fue construido en el año 1230; es decir, veinte años antes de la fecha en torno a la que tradicionalmente se ha fijado el inicio de las obras. En la historia de una Catedral de ocho siglos, puede que, en principio, veinte años no sean nada, pero sí si ello significa que la de León es contemporánea de las góticas francesas, y no su sucesora y una «copia». Herráez Ortega fundamentó sus tesis en las partes más antiguas de la seo, donde la técnica constructiva es más «burda»; básicamente en la zona occidental, en las torres y en las naves laterales. El alemán Henri Karge, uno de los mayores expertos en arquitectura gótica, no secundó la teoría de Herráez, aunque ambos coincidieron en suponer que la Catedral se va construyendo «simultáneamente» por la cabecera y los pies, para concluir en el crucero. Karge tiene muy claras que las influencias del templo leonés hay que buscarlas en la región francesa de Champaña. En su opinión, la Catedral de León supo seleccionar los avances técnicos más importantes de la arquitectura francesa del siglo XIII, para configurar un edificio muy moderno en su momento. La publicidad medieval La Catedral de León fue el mayor centro de producción publicitaria en la Edad Media. La tesis es del catedrático leonés Vicente García Lobo, experto en epigrafía, que el miércoles desvelaba uno de los capítulos más oscuros de la seo leonesa. Por primera vez, García Lobo ha realizado un estudio completo del centenar de inscripciones medievales que encierra el templo; un número sorprendente en comparación con otras catedrales, que apenas alcanzan la veintena. Durante cinco años García Lobo ha estudiado concienzudamente las inscripciones, que contienen todo tipo de mensajes, desde funerarios a litúrgicos, laudatorios... en función de los «públicos» a quienes iban dirigidos. Las vidrieras, revueltas El jueves, Aránzazu Revuelta, a través de una comunicación, explicaba pormenorizadamente cómo la distribución actual de las vidrieras no se corresponde con la original y que los responsables de estos cambios han sido los restauradores. Mientras en León la intensidad de los debates seguía en alza, en Valladolid, representantes del Cabildo, de la Junta y de la Fundación Patrimonio aprobaban un convenio para reabrir el Taller de Vidrieras. En total 322.250 euros para reanudar los trabajos de conservación de los vitrales. La noticia no pasó desapercibida en el Congreso y algunos asistentes se atrevieron a afirmar que la ayuda era escasa y llegaba tarde. Los profesores Ángela Franco y Manuel Valdés fueron los primeros en denunciar el delicado estado de conservación de las pinturas murales y sepulcros del claustro y de las torres de la Limona y de la Silla de la Reina, respectivamente. Otros, posteriormente, recogerían el guante. La sesión de clausura fue especialmente intensa. Tras la brillante exposición de Joaquín Yarza, presidente del Congreso, quien clarificó la figura del gran artista Nicolás Francés, le llegó el turno a Víctor Nieto Alcaide, la mayor autoridad en vidrieras, para quien es inaceptable que durante dos años no se haya invertido un sólo euro en la conservación de los vitrales de la Catedral, únicos en el mundo. Un Centro de Estudios Góticos Tras cinco días escrutando la historia de la Catedral, los congresistas quisieron hacer un pronunciamiento sobre su estado actual y sus deficiencias. Fueron claros y contundentes. Suscribieron un «manifiesto», en el que exigen a las autoridades mayor atención para la Catedral, una intervención en la zona norte -la que corre mayor peligro-, así como un aumento en las aportaciones destinadas a las vidrieras. Además, piden la creación, con carácter permanente, de un Centro de Estudios Góticos en León.