El juez ordena a Sagunto derribar la reconstrucción del teatro romano
La sección tercera de la sala de lo contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana ha ordenado, a través de un auto notificado ayer a las distintas partes implicadas en el proceso, levantar las placas de mármol que cubren las gradas del Teatro Romano de Sagunto (Valencia), para dejarlas en su estado anterior a la intervención de los arquitectos Giorgio Grassi y Manuel Portaceli, y derribar el muro del escenario hasta dejarlo a una altura de gálibo de 1,20 metros. El auto marca un plazo de seis meses para la ejecución de la sentencia por parte de la Generalitat Valenciana, ya que la obra de rehabilitación del teatro fue proyectada por ambos arquitectos a finales de la década de los 80 por encargo del Consell, gobernado por el PSPV. Con esta resolución, la sala responde a la solicitud de ejecución de la sentencia que planteó el abogado Juan Marco Molines, promotor del recurso contra la intervención en el teatro, hace alrededor de un año, después de que en octubre de 2000 el Tribunal Supremo ratificara la primera sentencia de la sala del alto tribunal valenciano que declaró ilegales las obras en el monumento. El Supremo, de acuerdo con la Ley de Patrimonio, consideraba que la intervención suponía una reconstrucción de la obra. La Generalitat recurrió la solicitud de ejecución de sentencia planteada por Marco Molines y la sala acordó practicar nuevas pruebas que determinaran la posibilidad de reversibilidad de las obras a su estado anterior a la intervención. Según el auto, las gradas deberán quedar en la situación anterior a la intervención arquitectónica y no se debe dañar ninguna de sus partes.