Un filólogo denuncia a Aznar ante el Supremo por el origen del castellano

Ribero-Meneses lleva años batallando por esclarecer la historia del nacimiento del castellano, que, en su opinión, no se puede circunscribir a una localidad como San Millán de la Cogolla, sino a una zona muy amplia del Norte, que incluiría a León, Burgos y Cantabria. Está dispueto a llegar con su reclamación al Constitucional y a los tribunales internacionales, para evitar una «ignomina cultural, que se ha montado por intereses económicos». El Camino de la Lengua, una ruta que pretende emular al Camino de Santiago, en su opinión, «es un invento». Todo se remonta, según él, a la época en que Aznar era funcionario de Hacienda en Logroño, cuando se afilia al PP y contrae una «deuda» con el gobierno de La Rioja, que pagará años después con este proyecto, su gran apuesta cultural. En 1997 la Unesco declara Patrimonio de la Humanidad a San Millán de la Cogolla, por ser la cuna del castellano. «Un engaño manifiesto», afirma Ribero-Meneses, porque se «arrasó» cualquier evidencia, crítica y documento contrario al proyecto. Tras el espaldarazo de la Unesco, el gobierno riojano diseña la ruta del castellano, en la que involucra a los ayuntamientos de Valladolid, Salamanca, Ávila y Alcalá de Henares, pero deja fuera a León, Burgos y Palencia, además de Cantabria. Ribero-Meneses, en la denuncia presentada el pasado día 15 ante el Supremo, cita como imputados, además de Aznar a Juan José Lucas, al presidente del gobierno de La Rioja, al director de la Real Academia Española y al presidente del Gobierno de Cantabria -en este caso, por un delito de negligencia-. El filólogo afirma que Lucas es «el que ha actuado más sucio», puesto que siendo presidente de la comunidad autónoma asume un proyecto contrario a los intereses de León, Burgos y Palencia. Ribero-Meneses recuerda que siendo Lucas presidente de Castilla y León, en la Expo de Sevilla, el stand de la comunidad exhibía como joya el documento más antiguo del castellano -el de Ardón-, pero en el 97 Lucas lo olvida y abraza el proyecto de La Rioja. Según Ribero-Meneses, hay documentos más antiguos que Las glosas emilianenses, donde aparecen palabras en romance; cuatro de ellos, localizados en León.