La orquesta Ciudad de León, con el saxo Juan Blasco, ofrece esta noche un concierto en el Auditorio con obras de Dvorak, Glazumov y Mendelsshonn
Recuerdos y nostalgias
Con un programa variado y a la vez atractivo, se presenta hoy, las 20.30 horas en el Auditorio, la Orquesta Sinfónica Odón Alonso, esta vez a las ordenes del director invitado Luis Miguel Avello, con un menú en el atril que comienza con la obertura Las Hébridas, de Mendelsshonn, continua con el Concierto para saxo y orquesta, de Glazumov, con Juan Carlos Blasco como solista, y la Sinfonía nº 7, de Antonin Dvorak. El precio de las localidades es de nueve euros en platea y seis en anfiteatro. Como complemento al programa, se estrenará la obra Armonías para mi padre, de los hermanos Jesús y Juan Blasco, compuesta al tercer día de la muerte de su progenitor, fallecido hace ahora un año. Es una obra de breve duración, para soprano y tenor, en la que han participado los cantantes leoneses Eva Miguelez Montendón y Carlos Martínez Fidalgo. Como dicen los propios compositores, «la música de esta obra ha sido dictada desde el cielo con la tinta aguada por nuestras lágrimas y es un acto de amor y un mensaje de los hijos al padre ausente». Hecha con jirones de sentimientos, en Armonías para mi padre se mezclan amor y dolor, impotencia ante lo inapelable y también esperanza. «Y la única forma que sabemos hacerlo -dicen ambos compositores-, es a través de la música, escribiendo esta música para el alma». El saxofonista Juan Blasco nació en Albarache, Valencia, y realizó sus estudios en la sociedad musical La Primitiva de su villa natal. Cursó más tarde los estudios oficiales en el en el Conservatorio Superior de Música de Valencia. Con Pedro Iturralde como profesor obtiene en Madrid el título de profesor de este instrumento. Desde 1990 es miembro de la Sax-Ensemble de Madrid (grupo de cámara flexible integrado como base del cuarteto de saxofones, piano y percusión, sumándose a estos la música electroacústica) y ha actuado en diversos lugares de la geografía española, así como en Bélgica, Francia y Portugal, y en los más importantes festivales y salas de conciertos.