Caza de brujas contra Martin Sheen, Tim Robbins, Sean Penn y Susan Sarandon
Los actores americanos «antipatriotas» se quedan sin trabajo
Los que han alzado sus voces en contra de la doctrina de guerra preventiva de la Administración Bush no sólo están siendo acusados de antipatriotas y traidores, también están sufriendo despidos y amenazas de muerte. «Nunca he visto un clima de asalto a la libre expresión como el que se está respirando en estos momentos», ha manifestado la comprometida actriz Susan Sarandon, que, tras oponerse a la guerra de Irak, ha visto cómo se canceló un evento social que iba a presidir. El intérprete y director Sean Penn fue el primero en notar las consecuencias de su abierta posición en contra de la guerra. Después de su polémica visita a Irak y de oponerse con rotundidad a la invasión de las tropas norteamericanas, el productor Steve Bing le reemplazó por otro actor cuando ya estaba apalabrado que iba a protagonizar Why men shouldnït marry. Sarandon y Penn no han sido los únicos. Martin Sheen ha reconocido que los responsables de la NBC, el canal que produce y emite la serie The West Wing, donde Sheen, curiosamente, da vida a un presidente demócrata de la nación, le comunicaron que se sentían «muy incómodos» con la posición que mantenía en contra de la política bélica de George Bush. Quien se quedó sin trabajo en plena guerra fue el periodista Peter Arnett, acusado de traidor por criticar la invasión militar en una entrevista que concedió a la televisión iraquí. Y quien también ha sido despedido es Ed Gernon, productor ejecutivo de CBS y responsable de la película Hitler: The Rise of Fear, por comparar en una entrevista el clima de miedo de la Alemania de la ascensión del nazismo con el que vive la América post-11 de septiembre. «El miedo permite que los ciudadanos entreguen al poder muchas de sus libertades y que apoyen guerras preventivas», dijo Gernon, que recordó cómo Joseph Goebbels, jefe de propaganda de Hitler, sostenía que lo único que hacía falta para lograr que el pueblo apoye un conflicto bélico es acusar a los pacifistas de falta de patriotismo y exagerar el riesgo de amenaza a la seguridad nacional. Y es que, en su opinión, eso es lo que ha hecho el Gobierno americano para vender a sus ciudadanos la guerra de Irak. En el mundo de la música, el grupo Dixie Chicks ha visto cómo las ventas de sus discos se han reducido a la mitad y cómo muchas emisoras de radio han dejado de poner sus canciones. El público que consume música country, compuesto en su mayoría por vecinos de la América profunda, se ha encargado de ejercer una especie de censura popular. Otro cantante del género, Brett Butler, pidió en una ceremonia de entrega de premios «perdonar» a las Dixie Chicks, pero la patriótica audiencia abucheó esa sugerencia.