FERIA DE ARTE DE CASTILLA Y LEÓN

La opción más vanguardista y atrevida de la feria correspondió a la galería cacereña Emac, la única que presentó obras en soporte digital, en este caso del salmantino Carlos T. Mori. También exhibió fotografías de espléndida factura y polémico contenido, J. A. Montoya expuso dos grandes obras en blanco y negro que glosan de manera explícita los encantamientos místicos de San Juan de la Cruz, relacionándolos con alucinaciones de alto contenido erótico. En otro sentido ofrecía esta galería varios trabajos de María Jesús Manzanares, creados con vellones de lana teñidos, de un gran contenido plástico. El salmantino Martín Simón, fue el artista invitado a la feria, su participación consistió en dos grandes esculturas, Tanque para la paz y Dama Charra, y un bajo relieve, realizados en madera policroma y de un espectacular contenido visual. Una de las aportaciones más interesantes de la séptima edición de Arcale fue la sala dedicada al arte cubano, en la que la vallisoletana Fundación Cristóbal Gabarrón, mostró la colección de litografías del taller habanero de Portocarrero. El Musac, presente También ha estado presente de alguna manera en Arcale 2003, el Musac leonés. Quizá con una intervención excesivamente minimalista: un blanco mostrador con dos pequeños montones de folletos (Concurso de Diseño e Imagen Corporativa y I Becas de Creación Artística), una adusta azafata sentada en un alto taburete y, cerrando el escenario, una gran pared blanca con la leyenda Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León. Eso era todo.