Devoción por la Pastori

Una plaza Mayor abarrotada de público, incluso en los balcones había gente dispuesta a participar de la fiesta, recibió anoche a Niña Pastori, el máximo exponente del denominado nuevo flamenco, que actuó en León pocos días después de haber cantado ante el Papa un sentido Ave María. «Estoy sorprendida y muy contenta con el resultado, feliz de haber actuado acompañada por dos guitarras, yo que estoy acostumbrada a ir con una banda. Me sorprendió la reacción de la gente y la espiritualidad del ambiente, había mucha verdad, mucha paz y mucho amor», comentó la artista a propósito de su encuentro con Juan Pablo II. La fiesta musical organizada por Cadena Dial, en la que participaron Papá Levante, La Loca María, Xemanel, Ruth, Pedro Javier Hermosilla y Geremías, alcanzó su punto álgido con la irrupción en el escenario de María, Niña Pastori. Vestida con sencillez y perfectamente maquillada y peinada, la cantante encandiló a un público entregado de antemano y rendido a una propuesta musical propia del Sur. «Es un orgullo ver que me reciben con los brazos abiertos, en el Norte entienden una bulería, no sé, es un sentimiento muy bueno». Un eficaz juego de luces y una fantástica banda de acompañamiento, en la que destacaba Chabolí, el marido de la cantante gaditana, arroparon una actuación que fue presentada por Manuel Quijano, el líder del grupo leonés Café Quijano, al que dio paso el omnipresente locutor Mures. La buena temperatura y el hecho de que el espectáculo fuera gratis propiciaron el éxito sin paliativos de la intérprete de temas como Tu me camelas, Me pongo colorada o Cartita de amor, que fueron coreados por los cientos de leoneses que siguieron la actuación en directo a partir de la medianoche.