Diario de León

El escultor Moro presenta en Tráfico de Arte «La galería obstruida»

Una escultura para verse desde dentro

El escultor madrileño Moro en la galería leonesa Tráfico de Arte

El escultor madrileño Moro en la galería leonesa Tráfico de Arte

Publicado por
M. C. Santos - LEÓN.
León

Creado:

Actualizado:

La primera sensación que despierta la acción del escultor madrileño Moro (Madrid 1933), en la galería Tráfico de Arte es la sorpresa. Después habrá tiempo para la diversión, el agobio, la incredulidad, la sonrisa y la reflexión. Moro ha atiborrado la totalidad del espacio de la sala de enormes volúmenes multicolores, hasta el punto de que es casi imposible la circulación por ella. Hay que caminar de uno en uno y sorteando los angostos espacios que quedan libres entre las piezas que, por otra parte, llegan hasta el techo. Todo esto tiene una explicación. Lo cuenta el artista: «Hace mucho tiempo decidí que la escultura debería ser algo para penetrar, para meterse dentro, para vivir con ella. No es que yo haya llenado la galería, simplemente he creado una escultura de un tamaño superior al individuo, de tal manera que cuando el espectador entra en la sala están dentro de la escultura, es parte de ella. Los fragmentos, las formas, se van descubriendo poco a poco, pero desde dentro». Por si el tamaño fuera poco para asombrar al espectador, éste se encuentra de pronto con la sorpresa añadida del color. «Sí, el color es una constante en mi obra desde el año 70. Antes los españoles habíamos vivido un tiempo en blanco y negro, entonces empezamos a vivir en color. Cuando llegó una nueva manera de vivir descubrimos que el color era una parte muy activa de la vida y pensé que había que ofrecérselo a los demás. Desde entonces incluyo el color en los volúmenes, siempre unos colores puros, primarios. Cuando transitamos por dentro de la escultura vamos relacionando un color con otro, es un juego óptico en el que la vista se recrea y el individuo se divierte». El material empleado por Moro en este trabajo es el plástico, un material de bajo coste que en este caso está destinado a su destrucción una vez cumplida la misión que el artista le ha encomendado. «Yo pretendo dar a mis obras un carácter de temporalidad. Para ello empleo materiales que económicamente permitan su destrucción. Quiero explicar lo que tengo que contar con rapidez. Estas obras son efímeras como la vida misma, pero siempre quedan documentadas en los modernos soportes: vídeo, fotografía, cine... y, cosa importantísima, también quedan en el recuerdo de los que participan de ellas». Moro, que acaba de realizar una espectacular instalación en el vestíbulo de la Facultad de Filosofía y Letras, tiene otros proyectos en León. Este verano, en Sahagún, junto a otros artistas jóvenes que trabajan el Land/Art, haremos una serie de actuaciones en el urbanismo de la villa, dentro de las actividades de El Apeadero. Volúmenes monumentales, colores deslumbrantes, el agobio de un espacio atiborrado y la posibilidad de sentirnos parte de una enorme escultura, es la singular propuesta hace Moro en Tráfico de Arte; un escultor madrileño que desde hace muchos años vive en Segovia y que, como demuestra su obra, conoce el secreto de la eterna juventud.

tracking