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Califican de atentado al Patrimonio la tala de acacias

Los vecinos quieren paralizar las obras de Santo Martino

León

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Tres asociaciones ecologistas, el Club Cultural Amigos de la Naturaleza (CCAN), URZ y Ecologistas en Acción, así como la asoción Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio, denunciaron ayer, junto a representantes de IU y el PSOE, la tala de una docena de acacias en la plaza de Santo Martino, dentro de las obras de acondicionamiento del barrio de Santa Marina. Consideran que ha habido una «agresión» al Patrimonio, puesto que la aniquilación de estos árboles va a modificar espacios catalogados como monumentos -la iglesia de los Descalzos, el Archivo Provincial y la muralla romana- y que no se ha respetado la normativa sobre la protección del entorno en un lugar declarado Patrimonio de la Humanidad -la plaza de Santo Martino está situada en pleno Camino de Santiago-. Los denunciantes piden al Ayuntamiento la paralización cautelar de las obras y que se repongan los árboles talados por otros de similares características y valor económico, al tiempo que deben mantenerse los que «sobrevivan». Exigen, además, que se haga público tanto el proyecto de ejecución material de las obras como el preceptivo permiso de la Comisión Territorial de Patrimonio. Los portavoces de estas asociaciones vecinales y ecologistas afirmaron ayer, a pie de obra, que «una vez más la ciudad tiene que actuar de oficio porque la Administración no cumple». Creen que el Ayuntamiento ha vulnerado la ordenanza de Jardines, ya que no existía un informe técnico previo. Por ello, reclaman una convocatoria urgente de la Comisión de Medio Ambiente para exigir explicaciones. En cuanto a las obras encargadas al artista Eduardo Arroyo, quien tiene previsto colocar en Puerta Castillo un grupo escultórico compuesto por sesenta moscas, cinco columnas, un unicornio, un minotauro y el dios Eolo, las citadas asociaciones aseguran que «el traslado de elementos de arte urbanístico moderno a los barrios históricos sólo contribuye a desnaturalizar éstos y a hacerlos irreconocibles». Por último, estiman que, dado el coste de estos elementos decorativos, deben anteponerse las obras de restauración y consolidación de la muralla, por ser un asunto «más urgente».

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