Las visiones de Juan Rulfo

?uede que fuera una afición accidental, pero el resultado son imágenes inquietantes, como si el mismísimo Pedro Páramo, con todos sus fantasmas, resucitara a la vida. Instántes mágicos captados por la cámara de Juan Rulfo, un extraño escritor que con una obra literaria de apenas 400 páginas se convirtió en uno de los inmortales del siglo XX. Fotografías en blanco y negro que son un relato escalofriante del México profundo y atávico. Curiosamente, Juan Rulfo nunca quiso darse a conocer como fotógrafo. Llevaba su pasión por la fotografía con el máximo secreto y guardaba celosamente miles de negativos. La exposición que ahora recupera al Juan Rulfo fotógrafo, es una selección de más de un centenar de instantáneas que discurren paralelamente a su obra literaria. Mientras retrataba su México particular y archivaba en cajas los rollos revelados, escribía los primeros relatos de El llano en llamas (1953) y su obra cumbre, Pedro Páramo (1955). «Como si Rulfo -para decirlo con palabras de Carlos Fuentes- se asomase fuera de las tumbas de Comala para descubrir la luminosidad de las sombras». El tiempo, el desamparo, la muerte, la inmensidad del paisaje y sus silencios, ritos ancestrales... nos muestran un denso ambiente del México rural, desde la peculiar óptica de Rulfo. y en las que, una vez más, Rulfo nos muestra su capacidad para captar lo esencial. Un México que el escritor-fotógrafo ya había plasmado en las páginas de sus libros. Un México pobre, oprimido, sufridor de injusticias y azotado por la ruina de siglos de nepotismo. Un mundo de brumas y anhelos...