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Felipe de Borbón elogió la obra del artista «porque habla de sentimientos compartidos»

El Príncipe entrega el Premio Velázquez a Tàpies ante «Las Meninas»

El galardonado afirmó que «esto de los premios me resbala un poco»

Antoni Tàpies tras recibir de manos del Príncipe de Asturias el Premio Velázquez de Artes Plásticas

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europa press | madrid

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El Príncipe entregó ayer el Premio Velázquez de Artes Plásticas al artista catalán Antoni Tàpies, según decisión de un jurado que valoró su extraordinaria trayectoria artística, de resonancia nacional e internacional, y por entender que constituye uno de los valores más firmes del arte contemporáneo. El acto tuvo lugar en el Museo del Prado delante del cuadro Las Meninas, con la asistencia de numerosas personalidades. En su discurso, el Príncipe Felipe dijo que la obra de Antoni Tàpies «es un lugar de cita. A ella acuden muy diversas manifestaciones de la expresión humana, sea cual sea el lugar y el tiempo en el que se hayan producido. Las imágenes simbólicas y los signos gráficos de su pintura, nos hablan, sin embargo, de sentimientos compartidos por todos los hombres y mujeres». La ministra de Cultura, Pilar del Castillo, hizo un análisis de la trayectoria de Antoni Tapies y aseguró que pocos creadores han sentido como él la necesidad de teorizar sobre la práctica del arte, de inscribir su trabajo en un horizontes de meditación y análisis. Su colección y su biblioteca particulares, de proverbial riqueza, y dentro de las cuales tienen su lugar el arte y la espiritualidad orientales, y muy especialmente el mundo zen, hablan por sí solas de la diversidasd de sus intereses, de su capacidad para, desde la pintura, estar presente en el debate artístico, cultural e incluso político de nuestro tiempo, un debate al que también ha querido contribuir impulsando la fundación barcelonesa que, instalada en un edificio modernista del Ensanche, lleva su nombre». El discurso de recepción del Premio Velázquez por parte de Antoni Tapies fue leído por el periodista y crítico José Miguel Ullán, quien añadió una nota prologal. El galardonado afirmó que «a pesar de su temprana ilusión por convertirse en retratista de reyes, Velázquez hizo gala de una independencia que dice mucho a su favor y a favor de aquellos monarcas que le sostuvieron. En efecto, Velázquez realizó muy poca pintura sagrada. Por el contrario, mostró una norme ternura por las cosas humanas en todas sus facetas: desde las humildes vasijas a los bufones palaciegos, pasando por las faldas de una infanta». Tàpies indicó en su discurso que no resulta extravagancia afirmar que a Velázquez se le entiende mejor conociendo el manchismo de determinadas pinturas chinas o el tejido generalizado de Pollock. Ahora bien, para captar bien dicha relación, hay que hacer el ejercicio de ver las pinceladas de Velázquez al natural y muy de cerca». Minutos antes del acto, Tàpies manifestó que «el arte es una forma de conocer profunda y un lenitivo para el alma, ya que no es solo lo que se ve sino que va mucho más allá». El ganador de la segunda edición del Premio Velázquez aseguró que «esto de los premios no me lo creo mucho, pero siempre es agradable que se se te reconozcan. Siempre he entendido que la via de conocimiento, pero si el arte no fuera útil para la gente no me lo creería. Para ser franco, esto de los premios me resbala un poco, pero también me preocuparía lo contrario».